Resumen de El extranjero (Albert Camus)

Primera parte

I

El libro inicia con el narrador, Meursault, quien es el protagonista, anunciando que ha recibido un telegrama en el que le notifican la muerte de su madre. Pide dos días de licencia en el trabajo y toma el autobús hacia Marengo, donde está el asilo.

Habla con el portero del asilo, y con el director. Lo llevan a un cuarto en el que está el cuerpo de su madre, pero prefiere no verla. El cuarto tiene mucha luz, es blanco. En la noche, entran 10 ancianos al velorio, amigos y compañeros de la madre. Una anciana llora.

Al día siguiente, parte el cortejo hacia la iglesia del pueblo para el entierro. El camino es largo (2 kilómetros). Hace calor. El único anciano que los acompañará es Tomás Pérez, quien era “novio” de la madre y está muy triste.

Meursault nunca llora ni manifiesta tristeza o dolor por la muerte de su madre. Tampoco recordaba la edad de su madre. De hecho, no habla de ningún sentimiento. Únicamente al final del capítulo, dice sentirse feliz de regresar a Argel y de pensar en dormir 12 horas.

II

Meursault se despierta al día siguiente, sábado, y decide ir a nadar. Allí se encuentra a María Cardona, una antigua dactilógrafa de la oficina, que le gustaba y no había vuelto a ver. Nadan juntos, y empiezan a «ligar».

Meursault la invita al cine y ella acepta, quiere ir a ver una película de Fernandel (un cómico de esa época). María le pregunta porque trae corbata negra. El le dice que ha muerto su madre. Cuando ella le pregunta “¿cuando?, el responde que ayer. María queda sorprendida por esto, pero no dice nada.

Siguen ligando en el cine, y ella se queda a dormir con él. Al día siguiente, cuando Meursault despierta, ella ya se ha ido.

Meursault comenta que no le gusta el domingo, se queda acostado fumando hasta mediodía. Después se prepara unos huevos para comer.

En la tarde, se asoma al balcón a ver la gente pasar. Pasa una familia, y los jóvenes del arrabal que al parecer van al cine. A las cinco llegan los tranvías ruidosamente, cargados de gente.

Está oscuro y se encienden las lámparas de la calle. Meursault baja a la calle y compra pan y pastas para prepararse la comida. Piensa, que después de todo, era un domingo de menos, que mamá estaba enterrada, que al día siguiente había que ir a trabajar, y que en realidad nada había cambiado.

III

Meursault trabaja mucho en la oficina, y a mediodía sale a comer con Manuel. Van al restaurante de Celeste. Después, Meursault va a su casa a dormir una siesta y en la tarde regresa a la oficina.

Cuando Meursault regresa a su casa después del trabajo, se encuentra en la escalera al viejo Salamano con su perro, al que pase dos veces al día y al que siempre insulta: ¡Cochino! ¡Carroña!

Se encuentra con otro vecino, Raimundo Sintés (de quien se dice vive de las mujeres), quien lo invita a comer. Raimundo le cuenta que se acababa de pelear con un hombre, y este hombre era hermano de su amante. Le cuenta que esta mujer, su amante, lo estaba engañando, a pesar de que él la mantenía.

Raimundo le cuenta que se dio cuenta de que su mujer lo engañaba porque encontró un billete de lotería y una boleta de empeño de unas pulseras, y la mujer no pudo explicarle de donde había sacado el dinero para lotería y pulseras; después, la golpeó hasta hacerla sangrar.

Raimundo quería castigar aún más a su amante. Se le ocurrían varias ideas: hacerla fichar como prostituta, «marcarla»; pero no le convencían. Se le ocurrió otra idea: escribirle una carta que la hiciera arrepentirse, después acostarse con ella y justo antes de «acabar», escupirle y echarla a la calle. Raimundo le pregunta su opinión a Meursault, y le pide que le ayude a escribir la carta. Meursault la escribe, y Raimundo queda muy satisfecho, le llama un «verdadero camarada».

IV

Meursault y María van el sábado a una playa cerca de Argel, nadan, se besan y regresan a la casa a hacer el amor muchas veces, lo cual le gusta mucho a Meursault. María se queda a dormir y a la mañana siguiente cuando están preparando el almuerzo le pregunta a Meursault si la ama y el contesta que cree que no. Escuchan un escándalo desde el cuarto de Raimundo.

Se escuchan gritos de mujer y de Raimundo golpeando. María le pide a Meursault que vaya a buscar un agente policía pero éste no lo hace. Finalmente llega un vecino con un policía y detiene la pelea. La mujer se va.

En la tarde, Raimundo busca a Meursault. Hablan de lo que pasó con la mujer, y Meursault le dice que debía sentirse contento porque la mujer estaba ya castigada. Raimundo pide a Meursault sea su testigo en la declaración que tendrá que hacer a la policía. Después, Raimundo invita a Meursault a salir por un aguardiente. Juegan billar. Raimundo está feliz por haber castigado a su amante.

Cuando regresan al edificio, ven al viejo Salamano desesperado porque su perro se le ha extraviado en el Campo de Maniobras. Salamano tiene miedo de que los agentes maten al perro por tener sarna, y a la vez maldice al perro y no quiere pagar los derechos para recuperarlo. Más tarde, Meursault escucha llorar al viejo Salamano en su habitación.

V

Raimundo llama a Meursault al trabajo y lo invita a pasar el domingo a la cabaña de un amigo cerca de Argel. También invita a María.. También le cuenta que lo ha estado siguiendo un grupo de árabes entre los cuales se encontraba el hermano de su antigua amante.

Después, el patrón llama a Meursault y le ofrece trabajar en una nueva oficina que abrirán en París. El patrón se molesta pues Meursault le contesta que aceptaría, pero que en realidad le sería indiferente, pues en realidad nunca se cambia de vida. El patrón le responde que no tiene ambición y que siempre contesta con evasivas.

En la tarde María pasa a buscarlo y le pregunta si ser casaría con ella. Meursault le responde que sí, que como ella quiera, también le dice que no la ama. María no entiende la actitud indiferente, le dice que es extraño y que probablemente por eso mismo lo ama.

Caminan por la ciudad. Meursault la invita a cenar en el restaurante de Celeste, pero ella tiene algo que hacer.

Meursault cena solo en el restaurante. Una mujercita extraña se sienta en su mesa, cena y revisa una revista con la lista de los programas radiofónicos. Termina su cena y se va. Maursault la sigue, pero la pierde de vista.

Al volver a su casa, Meursault encuentra al viejo Salamano en el umbral de la puerta. Meursault lo invita a pasar a su cuarto. Salamano le cuenta que el perro está perdido, pues no está en la perrera. Le cuenta que desde que murió su mujer tenía a ese perro. Le dice que el perro tenía mal carácter, pero que era bueno.

Salamano le dice a Meursault que su madre (la de Meursault) quería mucho al perro. También le comenta que algunos vecinos lo juzgaron mal por internar a su madre en un asilo, pero que el lo comprendía y sabía que quería mucho a su mamá. Salamano se marcha.

VI

El domingo María pasa por Meursault y con Raimundo toman el autobús hacia la casa del amigo en la playa. La noche anterior habían ido a la comisaría y Meursault había atestiguado que la muchacha engañaba a Raimundo, quien no recibió más que una advertencia de la policía por haber golpeado a la muchacha.

Antes de tomar el autobús ven al grupo de árabes. Raimundo se pone nervioso, pero se tranquiliza cuando toman el autobús y los árabes no los siguen.

María y Meursault conocen a los amigos de Raimundo dueños de la casa de la playa. El se llama Mesón, un individuo grande. Su mujer es regordeta y graciosa, de acento parisiense.

Maursault, Messon y María bajan a la playa. Maursault y María se alejan un poco en el mar y hacen el amor dentro del agua. Después regresan a la playa a tomar el sol junto a Messon. Poco después Messon se va a la casa.

María y Meursault regresan a la casa a almorzar con todos. Comen pan, pescado frito, carne y papas fritas. Toman café y Meursault y Messon beben mucho vino.

Raimundo, Meursault y Messon bajan a caminar por la playa. De pronto, ven a dos árabes que caminaban hacia ellos. Raimundo pide a Messon que le ayude a pelear con el segundo árabe en caso de que surja una pele, y a Meursault ayudarlo si llegara otro más.

Raimundo y Messon pelean con los árabes. Uno de los árabes hiere con un cuchillo a Raimundo en un brazo y la boca. Los árabes huyen y Messon, Raimundo y Meursault regresan a la casa. Messon y Raimundo van con un médico y Meursault se queda con las mujeres a explicarles lo sucedido.

Después, Raimundo baja de nuevo a la playa y Meursault lo sigue. Llegan a un pequeño manantial y una roca y ahí están los dos árabes, muy tranquilos. Raimundo saca un revólver de su bolsillo. Raimundo quiere disparar al árabe pero Meursault le dice que sólo puede hacerlo si el árabe saca el cuchillo primero, así que Raimundo da el revólver a Meursault y se va a pelear con el árabe a golpes, pero los árabes huyen tras la roca.

Regresan a la cabaña, pero Meursault decide volver solo hacia la playa. Hay mucho calor y sol intenso. Meursault quería llegar hasta el manantial y estar ahí. Cuando se acerca, ve al árabe que hirió a Raimundo, solo. Para Meursault lo de los árabes era un asunto concluido, pero cuando el árabe lo ve, pone la mano en el bolsillo (donde tenía el cuchillo). Meursault empuña el revólver. Meursault podía retroceder e irse, pero en lugar de hacerlo avanzó más hacia el manantial. El sol seguía cayendo a plomo. El árabe sacó el cuchillo cuando Meursault avanzó. Meursault le dispara al árabe. Después, le dispara 4 veces más al cuerpo inerte del árabe.

Segunda parte

I

Meursault relata que inmediatamente después de su arresto fue interrogado varias veces. Le designan un abogado de oficio ya que prefiere no eligir uno.

El abogado de Meursault le dice que el asunto es delicado pero que no duda de tener éxito. Le explica que habían estado investigando su vida privada, sobre su madre en el asilo, y que la parte acusadora lo acusaba de «insensibilidad» cuando su madre murió (el no había llorado ni había querido verla).

El abogado se desespera con la actitud de Meursault, que le deice que quería mucho a su mamá pero que «todos los seres normales habían deseado mas o menos la muerte de aquellos a quienes amaban». También le dice que el día del entierro lo que tenía era sueño y cansancio. El abogado se va molesto y deseperado con el.

Llevan a Meursault ante el juez de instrucción. Meursault tiene que relatar la historia de nuevo. El juez le pregunta de pronto si quería a su mamá, y él responde que sí, como todo el mundo. Después le pregunta como disparó los 5 tiros. Meursault le contesta que primero uno, y después de algunos segundos, las otras 4 veces. El juez quiere saber porque esperó y disparó 4 veces contra un cuerpo en el suelo. El juez se desespera pues Meursault no le responde y busca un crucifijo de plata. Le pregunta si cree en Dios. Meursault le responde que no y el juez se altera muchísimo y le dice que tiene que creer en Dios y que no es posible que no muestre ningún arrepentimiento y le dice que nunca ha conocido a una persona tan endurecida. Finalmente le pregunta si lamentaba el asesinato, y Meursault le responde que más bien siente cierto aburrimiento al respecto.

Meursault cuenta que siguió viendo al juez y a su abogado y que las entrevistas eran cordiales. La instrucción duró 11 meses. A Meursault le daba regocijo cuando el juez lo palmeaba en la espalda diciéndole «basta por hoy, señor Anticristo».

II

Un día María visita a Meursault en la cárcel. No pueden verse a solas, ya que las visitas son en una gran sala dividida en tres partes, los presos tras unas rejas y los vistantes tras otras, separadas como 8 metros. Hay mucho ruido, pues los presos y visitantes tienen que gritar para oírse. María le dice a Meursault que hay que tener esperanzas y que cuando él salga de la cárcel se casarán.

Al lado de María hay una mujer gorda que todo el tiempo gritaba a su marido, y una viejecita que visitaba a su hijo, los que sólo se veían y no hablaban.

María y Meursault conversan hasta que empiezan a sacar a los presos de la sala poco a poco.

Poco después María escribe a Meursault y le cuenta que ya no la dejarán ir a visitarlo porque no es su mujer, y Meursault dice que a partir de ese momento comenzó la época de la que no le gusta hablar.

Meursault cuenta que el principio de la detención fue difícil porque tenía pensamientos de hombre libre, quería ir a la playa, por ejemplo, pero que después esto cambió porque sólo tenía pensamientos de presidiario.

Al principio le costo trabajo adaptarse porque le atormentaba mucho el deseo de una mujer (no de María en particular, sino de cualquiera de las que había tenido) y de cigarrillos. Después, por una conversación con el guardia, comprende que ese es el propósito de castigarle, que no tenga libertad.

Meursault aprende a matar el tiempo recordando, y durmiendo. Las horas que estaba despierto las mataba recordando, con comida, necesidades naturales y la historia del checoslovaco ( la historia era un hecho policial de un checoslovaco que había regresado a su pueblo natal después de 25 años, enriquecido y con mujer y un hijo. Para darle una sorpresa a su madre y hermana, se hospeda en el hotel que ellas administran sin revelar su identidad, pero ellas lo matan en la noche para robarle. Cuando la madre y la hermana se enteran de quien era, se suicidan) Meursault leía y leía esta historia para entretenerse.

El tiempo pierde sentido para Meursault. Contempla su imagen siempre seria en la claraboya, comprende que ha estado hablando solo y que nadie puede imaginar lo que son las noches en la cárcel.

III

En este capítulo Meursault narra el juicio.

El juicio se lleva a cabo en el mes de junio siguiente (11 meses después). De acuerdo con el abogado de Meursault, no es el asunto más importante, ya que el Tribunal debe resolver después un parricidio.

A las siete y media de la mañana llevan a Meursault al Palacio de Justicia. Después de estar un rato en una habitación pequeña, le quitan las esposas y lo conducen a la sala al lugar de los acusados.

Hace mucho calor, y la sala está llena de gente. Meursault se asombra de que tanta gente esté ahí por el, se siente un poco intruso en todo el asunto. También hay mucha gente de los periódicos, que le han dado mucha publicidad al caso para vender.

Entran tres jueces, dos de negro y uno de rojo, y se declara abierta la audiencia.

Inicia el juicio, se lee el acta de acusación. Meursault no comprende bien todo lo que sucede. El Presidente anuncia que se va a llamar a los testigos.

El juez interroga a Meursault. Primero lo interroga sobre el relato de la muerte del árabe. Después, empieza a interrogarlo sobre su mamá, porqué la había metido al asilo, etc. Meursault se aburre con estas preguntas. También dice que no había tenido intención de matar al árabe, que había sido “el azar”. Meursault muestra una gran indiferencia. Se levanta la audiencia.

En la tarde continúa la audiencia y declaran los testigos. Habla el Director del asilo y declara que la mamá de Meursault se quejaba de tener que estar en el asilo, y que Meursault no había llorado en el funeral, ni sabía la edad de mamá etc. (lo del funeral les importa mucho en el juicio). Después interrogan al Portero del hospital y otra vez cuentan como Meursault no había llorado y había tomado café y todo eso parece que le importa mucho al Jurado.

Después testifica Tomás Pérez. Tomás dice que estaba muy afectado, era muy amigo de mamá, pero también le preguntan si había visto llorar a Meursault y dice que no.

Después testifica Celeste, dice que es amigo de Meursault, que lo que le ocurrió es una desgracia, en fin, trata de dejar en claro que piensa que Meursault es un buen tipo. Interrogan después a María y la obligan a contar del día que fueron a bañarse, al cine, y todo lo demás (que había sido el día después del funeral de la mamá de Meursault) María quiere defender a Meursault pero el Procurador (el fiscal, el que quiere que condenen a Meursault) hace un gran alarde de cómo al día siguiente del funeral de su madre Meursault había ido a nadar y a ver una película cómica, etc. para hacerlo quedar mal ante el jurado. Después declara Masson y también trata de ayudar a Maursault, también Salamano.

El último testigo fue Raimundo, también trató de ayudar a Meursault, pero no puede porque lo acusan de proxeneta (a Raimundo) y también lo hace quedar mal.

En resumen, nadie logró defender a Meursault.

IV

Meursault quiere hablar en el juicio pero su abogado le dice que no es conveniente. El Procurador quiere convencer al Jurado de que el crimen fue premeditado y que Meursault es un asesino cruel, insensible, todo por el rollo de lo que pasó en el funeral de la mamá, con María y por ser amigo de Raimundo, que no tenía alma (¿qué tonterías, no?). Pide la pena capital para Meursault (osea, que lo maten).

Meursault declara que el no tenía intención de matar al árabe, que lo hizo por “el sol”. La gente se ríe. El abogado de Meursault no es muy bueno para defenderlo y lo condenan. El castigo es cortarle la cabeza en una plaza pública, en nombre del pueblo francés.

V

Este es el último capítulo. Meursault está en la cárcel esperando el resultado de su apelación. No ha querido recibir al capellán. Ve el cielo. Quiere “escapar del engranaje”. No quiere morir, al menos no morir en la ejecución. Cuenta como no había conocido a su padre, pero que su mamá le contaba cosas de él. Su papá había ido a ver una ejecución y había estado vomitando toda la mañana siguiente. Meursault dice que si saliera, iría a ver todas las ejecuciones capitales. Piensa mucho en el tema de las ejecuciones, las guillotinas, etc. Dice que «todo el mundo sabe que la vida no vale la pena de ser vivida». Pero en realidad no quiere morir.

El capellán lo visita aunque Meursault no quiere. Meursault le dice que no cree en Dios. El capellán le hace muchas preguntas y al final le dice que lo compadece. También le dice que tiene que lavar su pecado que tiene que ver el “rostro divino” (El capellán se refiere a Dios, pero Meursault le contesta que el único rostro que ha buscado es el de María)

Meursault está molesto y aburrido de la visita del capellán. El capellán sigue echándole un rollo y tratando de hablarle de Dios, no deja en paz a Meursault, hasta que éste (Meursault) pierde el control y lo insulta y hasta lo agarra por el cuello de la sotana, le grita un montón de cosas sobre su vida, sobre como nada tenía importancia y como él estaba seguro de sí mismo.

El capellán se va y Meursault recupera la calma. Se duerme, al despertar piensa en su madre, de cómo en el asilo debió sentirse libre, y que por eso nadie tenía derecho a llorar por ella. Para sentirse menos solo, Meursault espera que el día de su ejecución haya muchos espectadores y que lo reciban con gritos de odio.

Personajes principales

Meursault: Es el narrador, el personaje principal.

María: Es la chava con la que anda Meursault.

Tomás Pérez: Es un viejito, el «novio» de la mamá de Meursault en el asilo. (La mamá muere antes de que empiece el libro)

Celeste: Es una amiga de Meursault, tiene un restaurante al que Meursault va mucho a comer.

Salamano: Es otro viejo, vecino de Meursault, que tiene un perro también viejo al que siempre llama «carroña» y le pega.

Manuel: Es amigo de Meursault de la oficina.

Raimundo Sintés: Otro amigo de Meursault, también es su vecino. Dice que es un «guardalmacén» pero en realidad es un mal tipo, le pega a las mujeres.

Masson: Es un amigo de Raimundo que tiene una casa en la playa a la que van Meursault y María un día.

El Director: Es el Director del asilo en el que Meursault internó a su mamá.

El Portero: El portero del asilo.

Una mujercita «autómata»: Una mujer rara que Meursault conoce en el restaurante de Celeste.

Fuente