Resumen de Fausto (Goethe)

Fausto es el símbolo del afán por el conocimiento y el poder, en el que se describe a un ser superior que, cansado de la ciencia fría de los viejos libros, aspira conocimiento vivo e intuitivo de la naturaleza. Para huir de la vida rutinaria pacta con el diablo, quien representa una vía para descifrar el universo y satisfacer sus aspiraciones. Fausto no rechaza a Dios, ya que busca los caminos para llegar a él. El Dios con el que se identifica es la naturaleza, la vida y con el espíritu de la tierra.

Argumento

Preludio en el teatro

Un director, un poeta y el gracioso realizan planteamientos filosóficos concernientes a la existencia humana, un preámbulo al mundo de los proverbios y la magia que la historia de Fausto otorgará al espectador.

Prólogo en el cielo

Los tres arcángeles de Dios: Rafael, Gabriel y Miguel, cantan alabando la grandeza de Dios como en el primer día. Mefistófeles, el diablo, cuestiona a Dios y su creación del dios de la tierra, el hombre, a quien considera una bestia inmunda. En forma de reto, Dios y Mefistófeles apuestan sobre el alma del doctor Fausto. Mefistófeles está convencido de que podrá hacerlo caer en tentación y robar su alma.

La noche

Fausto, en su aposento, se siente deprimido y sin anhelo de vivir, haciendo alusión al suicidio, dada la enorme tristeza que siente al no poder alcanzar el conocimiento absoluto, pese a que era un gran sabio en la medicina, la teología, la filosofía y la jurisprudencia. Fausto se cuestiona filosóficamente las razones de la vida, el poder de la naturaleza y su magia. Se siente ávido de saber y conocimiento. Cree en el ocultismo, el microcosmos, los espíritus de la Tierra, y los espíritus de la tradición alemana. Mientras lee un libro de las fuerzas activas de la naturaleza, El Espíritu aparece tras una invocación y a raíz del ansiado deseo de Fausto por alcanzar el conocimiento. Era la primera vez que el diablo surgía ante él. Fausto se siente aterrado por la imagen, le pide que se vaya porque no aguanta verle. El Espíritu se marcha disgustado porque aquel que lo invocaba no deseaba su presencia.

Pronto es interrumpido por uno de sus alumnos, Wagner, quien discute con él sobre el verdadero saber y a quien le aconseja actuar conforme a lo que dictara el corazón, pues de otra forma no conseguirá nada en la vida. Su pupilo, quien deseaba continuar con la conversación filosófica que sostenía con su maestro, se retira y Fausto vuelve a sumergirse en su depresión, sintiendo enormes deseos por suicidarse. Cuando está a punto de tomar una bebida venenosa, una especie de fuerza superior conformada por un coro de ángeles, le impiden que pueda tomar el primer trago, mientras anuncian que Cristo ha resucitado, pues paradójicamente, al día siguiente comenzaba la Pascua.

Ante la puerta de la Ciudad

Un par de burgueses, unas señoritas, un grupo de artesanos, una viejita, unos soldados, unos estudiantes y un mendigo conversan y dan a conocer las creencias de la época: la superstición, la magia, los santos y los milagros. Pues cabe destacar que esta historia se sitúa entre el final de la Edad Media y el principio de la Edad Moderna.

En la campiña

Fausto y Wagner dan un paseo mientras discuten sobre los tiempos de Pascua y su significado en la resurrección de la Naturaleza ligada a la resurrección de Cristo.

Aldeanos bajo el Tilo

Fausto es bien recibido y admirado por los aldeanos que le conocían. Se sienta a descansar y recuerda a su padre, quien también creía en los círculos de la naturaleza y era alquimista. Esto lo conduce a recordar su depresión del día anterior. Wagner advierte que la turba puede venir de voces que fingen ser enviados del cielo, cuando éstos en realidad mienten. Existe una fuerte creencia en los dioses de la naturaleza , el aire, el sol o malos espíritus que habitan las regiones inferiores de la atmósfera relacionada con el viento y las tempestades.

De pronto Fausto se percata que hay un perro negro que corre alrededor de ellos, haciendo círculos y acercándoseles. Fausto invita al perro a unírseles en el recorrido.

Gabinete de estudio

Entra Fausto a su estudio acompañado del perro, quien ladraba cada vez que se expresaba de Dios o mencionaba palabras celestiales. Uno espíritus advierten que dentro del perro hay alguien encerrado. Fausto hace una especie de conjuro, poniendo un signo frente al perro y éste sale de la niebla detrás de la estufa convertido en Mefistófeles. Fausto comprende que Mefistófeles es el diablo y conversan por un instante. Fausto siente que ha soñado haber hablado con el Diablo, sin embargo, éste regresa y le ofrece cambiar su fortuna, pues está enterado de su ávido deseo por el conocimiento y su desinterés hacia la vida. Mefistófeles le ofrece poder, dinero, mujeres y saber, sin embargo Fausto sólo está interesado por tener el saber absoluto. A cambio de este don, el Diablo le pide que firme un papel con una gotita de su sangre, pues el que posee la sangre de uno, lo posee por completo.

Después de haber pactado, ambos desaparecen volando de la habitación y se transportan a otro lugar a través de los cielos.

El bodegón de Auerbach en Leipzig

Mefistófeles lleva a Fausto ante una reunión de alegres camaradas quienes comenzaban a festejar y a embriagarse con vinos. El diablo les ofrece el vino que ellos deseen y los transporta a unos viñedos, todo esto con el objeto de enseñarle a Fausto la bestialidad del hombre. Ambos vuelven a desaparecer dejando en los alegres camaradas, la sensación de que lo ocurrido había sido una ilusión.

Cocina de bruja

Mefistófeles y Fausto entran a la casa de una bruja, pues el diablo le ofrece a Fausto obtener nuevamente juventud. Cuando la bruja regresa a su casa, prepara el elíxir que de ser tomado sin voluntad, puede asesinar a la persona en menos de una hora. Fausto observa con detenimiento incesante un espejo que posee la bruja en donde se ve reflejada la imagen de una mujer que encanta sus sentidos. Mefistófeles le promete a Fausto conocer la noble ociosidad y los placeres de las mujeres., más antes debe tomar el elíxir que alegrará su corazón.

Una calle

Fausto observa a Margarita en la calle y la desea, por tanto se la pide a Mefistófeles, quien advierte que ella es pura e inocente y que acaba de confesarse, lo cual impide que el diablo pueda influir en ella. Fausto insiste en verla y obsequiarle algún presente.

A la caída de la tarde

Mefistófeles lleva a Fausto a la habitación de Margarita, quien está ausente porque fue a visitar a su vecina. Fausto se enamora aún más de ella y Mefistófeles coloca un cofre con joyas en su armario. Margarita, al regresar a su habitación, siente un aire pesado por su gran sensibilidad y descubre el cofre con las joyas, las cuales se prueba y desearía que fueran suyas para lucir más hermosa.

Un paseo

Mefistófeles le informa a Fausto que el regalo de Margarita está en manos de un fraile, pues su madre comprendió que dicho regalo no podría provenir de buenas manos, pues puede olfatear la maldad gracias a su libro de oraciones y por ello cree que la iglesia es quien debe digerir los bienes mal adquiridos.

La casa de la vecina

Margarita le comenta a Marta, su vecina, que ha encontrado otro cofre con más joyas en su armario. Marta le aconseja mantenerse callada, o de otra forma, su madre lo llevará con el fraile otra vez. Mefistófeles entra en la casa de Marta para anunciarle que su marido a muerto y que tiene un compañero que viaja con él para comparecer como testigo de su muerte. Marta, quien ya esperaba la noticia, lamenta de que su marido haya sido un jugador y mujeriego.

Una calle

Mefistófeles le avisa a Fausto que podrá ver a Margarita, pero deberá dar un falso testimonio sobre la muerte del marido de Marta. Fausto no desea mentir, sin embargo accede porque necesita a Mefistófeles para llevar a cabo sus intrigas amorosas.

Un jardín

Fausto y Margarita pasean por el jardín y confiesan que sienten algo especial el uno por el otro, sin embargo, a Margarita le da miedo dicha sensación y huye. Marta y Mefistófeles también pasean en el jardín, y ella se le insinúa al diablo.

Una selva con una caverna

Entre esta escena y la precedente ha transcurrido algún tiempo. Fausto deseoso de olvidar a Margarita para no hacerla su víctima amorosa, y queriendo sobreponerse a sus tendencias sensuales, se retira a la soledad., de donde va a sacarle Mefistófeles a fuerza de tentaciones.

Aposento de Margarita

Margarita extraña a Fausto, pues no le ha visto en mucho tiempo y siente que está enamorada de él.

El jardín de Marta

Margarita le confiesa su amor a Fausto y le pregunta si él cree en Dios. Ella afirma que detesta a Mefistófeles y que no le gusta verlo cerca de él. Asimismo, está consciente de que su amado tiene buen corazón. Fausto riñe con Mefistófeles porque detesta los actos viles del diablo, sin embargo, cae en sus tentaciones.

En la fuente y al Interior de la Muralla

Isabelita, amiga de Margarita, habla acerca de la mala fama que ha adquirido Barbarita por aceptar elogios y dejarse convencer por hombres. Margarita empieza a sentirse culpable por sus sentimientos hacia Fausto.

La noche

El hermano de Margarita, Valentín, descubre el romance entre su hermana y Fausto, así que lucha contra Mefistófeles y muere en manos de Fausto. En agonía, Valentín le aconseja a su hermana que cuide su honor, pues con sus acciones ya se ha convertido en una prostituta.

La Catedral, oficio con órgano y canto

La madre de María también muere, y durante el servicio aparece el Espíritu Maligno como la voz del remordimiento en los pensamientos de Margarita, provocándole un enorme pesar y tristeza por el sentimiento de culpa.

La noche de Walpurgis, montañas del Harz, región de Schierke y Elend

Mefistófeles y Fausto se encuentran con varios espíritus, brujos y brujas de la noche adoradores del diablo. Un ritual que describe el mundo oculto de la magia, la brujería y el mal. Lilith, la primera mujer de Adán según el Talmud; Medusa, cargando su cabeza cortada por Perseo; el Proctofantasmista, haciendo alusión a F. Nicolai quien padecía de ser perseguido por fantasmas y espíritus, el espíritu del fuego que pertenece a Mefistófeles, entre otros, forman parte de este festejo en la noche precedente a la fiesta celebrada por la Iglesia el día primero de mayo, la cual cobró fama en la Edad Media por el aquelarre que celebran brujos y brujas en la agreste montaña del más elevado pico del Harz.

Fausto creyó haber visto a Margarita apartada y pálida, con los pies encadenados, paseando en medio de la celebración de brujos, sin embargo, Mefistófeles convence a Fausto de no prestar atención de lo que ha visto.

Sueño de la noche de Walpurgis o bodas de oro de Oberón y Titania, Intermedio

Este intermedio es una exposición minuciosa del estado psicológico y poético de la literatura alemana y de sus tendencias, es un análisis de los hechos aislados que Fausto y Mefistófeles discuten sintéticamente sobre la vida mundana, literaria y social a través de una serie de personajes que exponen su postura: el director de escena, el fraute, Oberón, Titania, Puck (graciosos duende y bufón), Ariel, la orquesta, un genio en cierne, una parejita, un viajero curioso, un ortodoxo, un artista del Norte, un purista, una bruja moza, una matrona, Hennings (escritor que satirizó una novela de Goethe), el musageta, el rascador de violín, el exgenio de la época, una grulla, un danzarín, un director de orquesta, una veleta, las xenias (colección de epigramas compuestos por Goethe y Schiller), el maestro de baile, un dogmático, un idealista, un realista, un supernaturalista, un escéptico, los aprovechados, los torpes, fuegos fatuos, una estrella fugaz y los amazacotados (los caudillos de la plebe)

Día Nebuloso

Fausto culpa a Mefistófeles de que Margarita esté presa en un calabozo. Le exige al diablo que la libere, pese a que éste le explica que existe el peligro de ser atrapado, pues aún lo buscan por el asesinato del hermano de Margarita.

Un calabozo

Fausto intenta rescatar a Margarita, pero la culpa y el remordimiento nublan su cordura y conciencia y ella habla de haber asesinado a su madre y ahogado a su hijo. Fausto trata de convencerla y hacerla entrar en razón, pero al ver que Mefistófeles acompaña a su amado, Margarita le ruega a Dios que la salve del mal. Al poco tiempo, muere y una voz de arriba anuncia que ha sido salvada.

Segunda parte

Acto primero

Una floresta

Esta escena sirve de prólogo a la segunda parte de Fausto, muchos años después de la muerte de Margarita. Fausto, recostado en la floresta, observa la naturaleza y el inicio de la primavera, describiéndola en forma de cantos y prosas en forma de acompañamientos eólicos y siempre haciendo alusión a los diferentes dioses de la antigua Roma y la magia del bosque alemán.

Palacio Imperial, salón del trono

El emperador y su séquito discuten sobre la recaudación de dinero que es imperativa en el momento. Al lado derecho del emperador está el astrólogo, y a su lado izquierdo Mefistófeles disfrazado de bufón. El Diablo recomienda que busquen tesoros enterrados, y para encontrarlos, deberán hacer caso a la superstición, la cual advierte que aquel que tropieza tiene debajo de sí un tesoro.

Un jardín de recreo

El emperador, por sugerencia de Mefistófeles y de Fausto decide hacer papel moneda y buscar los tesoros escondidos en su reino, los tesoros estaban enterrados en la tierra y donde tropezaran allí los encontrarían.

Una galería oscura

Fausto le da su palabra al emperador de llevar ante él a Paris y a Helena (semidioses bellos de la antigua Grecia). La única forma de traerlos es preguntándole a las Madres (las ideas abstractas, los eternos arquetipos de todas las cosas. Fausto debe golpear con el pie el suelo para sumergirse y presentarse ante las madres, de la misma forma, saldrá de ese espacio mágico.

Sala de caballeros

El astrólogo, consejero del emperador, describe lo que le ocurre a Fausto al tratar de conseguir el trípode y la llave para traer a Helena y Paris. Ambos semidioses aparecen ante el emperador, mostrando su belleza y perfección. Fausto se enamora de Helena y trata de tomarla en sus brazos, sin emabrgo, se produce una explosión y Fausto cae al suelo inconsciente.

Acto segundo

Mefistófeles deja a Fausto en su lecho antiguo, cuando éste vivía en la universidad. Wagner, aprendiz de Fausto, ahora es doctor, y el fámulo de Wagner, quien encuentra a Mefistófeles en la recámara de Fausto, le comenta que desconocen su paradero.

Un laboratorio

En un laboratorio de alquimista, Wagner crea al Homúnculo, un ser pequeño con extrema sabiduría que afirma saber cómo salvar a Fausto a través de las hechiceras de Tesaline. Wagner se despide de su creación quien se retira con Mefistófeles para mostrarle el camino.

Noche de Walpurgis clásica

Las hechiceras de Tesalia ven llegar a Fausto, al Homúnculo y a Mefistófeles desde los cielos. El Homúnculo recomienda dejar a Fausto en el suelo para que éste recobre la vida.

En el alto peneo

Mefistófeles platica con las esfinges egipcias quienes descubren que éste es el diablo. Las sirenas tratan de persuadirlo para embelezarlo. Fausto pregunta a las esfinges sobre el paradero de Helena; ellas le recomiendan ir con el centauro Quirón.

En el Peneo inferior

Fausto se monta sobre el centaruo quien paseaba cerca del Peneo. Le pide que lo lleve ante Helena, sin embargo, Quirón cree que Fausto está mal de la cabeza al escuchar su solicitud.

En el alto Peneo

Homúnculo se encuentra con Anaxágoras y Thales de Mileto, quienes lo guían en el camino para nacer como un ser y dejar de ser una esfera luminosa.

Bahías roqueñas del mar Egeo

Thales de Mileto y Homúnculo van en busca del dios Nereo (dios marino) para poder nacer. Nereo les recomienda buscar a Proteo (dios marino que predecía el futuro), quien maravillado por la luz de Homúnculo, lo lleva consigo por el mar. El Homúnculo se estrella contra el trono de Galatea, la capa de cristal se rompe y en el agua comienza a sufrir transformaciones desde el ser más primitivo al más complejo para así, nacer en el lugar de donde provienen todos los seres vivos.

Acto tercero

Ante el palacio de Menelao en Esparta

Helena y su coro de acompañantes regresan de un viaje al castillo de su marido, Melenao. Al llegar, Mefistófeles disfrazado de Fórcida (una de las Gorgonas con un solo ojo), le avisa a Helena que Melenao ha decidido sacrificarla a ella, sin embargo, la única forma que puede salvarse es pidiendo ayuda a un noble caballero germano; en este caso Fausto, quien vive en un castillo medieval otorgado por el Diablo.

Fórcida hace aparecer una espesa niebla y transporta a Helena y al coro al castillo de Fausto, allí él declara su amor, adoración y admiración por ella. Helena corresponde con versos en rima amistosos que revelan su gusto por Fausto.

La escena cambia completamente y ahora Fausto y Helena se encuentran en el bosque junto con el coro y el hijo procreado por la unión de la belleza griega y el romanticismo (unión entre Fausto y Helena de la cual nace el genio de la poesía moderna personificada en Lord Byron). Euforión, fruto de dicha unión, tiene un carácter bélico e impulsos que lo llevan a pensar que la única consigna es la muerte, por tanto, muere al intentar volar como Ícaro y Helena, también desaparece al solicitar su entrada al reino de la sombras, dejando en manos de Fausto su vestidura y velo. Fórcida le advierte a Fausto que no debe soltar los vestidos para que pueda regresar con éstos, pronto, los vestidos se convierten en una nube espesa que elevan a fausto en el aire y desaparece.

Acto cuarto

Montes elevados, enhiestos picachos de rocas dentelladas

Fausto le revela a Mefistófeles que su deseo ahora es poder ganarle tierra al mar, es decir, poder controlar su marea y tomar el territorio que de este venga. En cierta forma un simbolismo de tener el dominio absoluto de la vida y la naturaleza. Ambos observan que el Emperador, a quien engañaron y divirtieron un tiempo atrás, está a punto de entrar en guerra porque hay anarquía en su reino, por tanto, Mefistófeles convierte a Fausto en jefe de ejército para intervenir en la guerra, alcanzar la victoria y recibir como recompensa una playa del reino.

En el estribo de la montaña

Fausto le advierte al emperador que permita que sus acompañantes, designados por Mefistófeles: Matachín, Rapiñador y Tenaza, se encarguen de la batalla. A lo lejos, se observa una sangrienta guerra contra el ejército de un nuevo emperador. El General en jefe no confía en las hechicerías de Mefistófeles, sin embargo, el emperador le deja el mando a Fausto y Mefistófeles hace llamar a las Ondinas para confundir la realidad de la batalla.

La tienda del antiemperador

El rapiñador y la urraca toman parte del tesoro del emperador en paga a su labor como soldados. El emperador nombra a los cuatro príncipes: al primero lo nombra Gran mariscal (organizador del ejército), al segundo lo nombra Gran Chambelán (cabeza de la servidumbre de la casa), al tercero, el trinchante mayor (cazador) y al cuarto copero mayor (encargado de abastecer de vino la casa del emperador). El arzobispo le recrimina al emperador haberse unido a Satán para ganar la batalla y adquirir los bienes, por tanto, lo impulsa a firmar un documento en donde transfiera los bienes a la iglesia y al Papa, o de otra forma, la Iglesia se encargará de destituirlo del trono. Fausto recibe territorios cerca del mar.

Acto quinto

En el pequeño jardín

Un viajero arriba a casa de un par de viejitos, Baucis y Filemón, quienes lo ayudaron y hospedaron un tiempo atrás. Ellos se quejan de Fausto, quien obtuvo la ribera por órdenes del emperador, construyendo un palacio y comportándose impíamente con los residentes.

Un palacio

Fausto tiene ahora 100 años y ha logrado ganarle espacio al mar, creando tierra artificial para que la gente viva allí. Su nuevo deseo es destruir una serie de árboles que le impiden admirar su territorio y que abarca la tierra deBaucis y Filemón.

Noche profunda

Mefistófeles cumple las órdenes de Fausto incendiando todos los árboles y todo aquello que estaba en el camino, los viejitos mueren en el incendio.

Media Noche

Cuatro fantasmas se presentan ante Fausto: la escasez, la deuda, la inquietud y la miseria. El único que entra en el palaciode Fausto es la Inquietud, quien lo maldice y recomienda que deje de ser ciego ante el perdón de Dios.

Grande atrio del palacio

Fausto desea que la construcción de la fosa se construya para que muchos hombres puedan vivir ganándole tierra al mar. Está empeñado en darle a sus súbditos, como fin supermo de la sabiduría, un suelo libre en compañía de un pueblo libre. Al pronunciar la felicidad suprema que sentía, Fausto muere.

Sepultura

Mefistófeles y sus diablos tratan de arrebatarle el alma de Fausto a un coro de ángeles, quienes han purificado el aire y lo han salvado gracias al amor que éste sintió al final.

Mefistófeles se siente avergonzado porque le han robado un tesoro único.

Barrancos, selvas, peñas, soledad

En el cielo, Fausto se une a un coro de niños bienaventurados (niños que murieron a temprana edad), pues a ellos enseñará todo aquello que los niños no pudieron aprender.

Un coro de ángeles explican que aquel que se afana siempre a un ideal, puede ser salvado por ellos, pues si además, desde las alturas, por él se ha interesado el amor, el coro bienaventurado le acoge con una cordial bienvenida.

Personajes

Fausto: Personaje principal. Un gran sabio que estaba cansado de la ciencia de los viejos libros. Tenía un ávido deseo por el conocimiento y el poder. Creía en dioses de la naturaleza, magia, alquimia y dioses de la antigua Grecia.

Mefistófeles: Personaje principal. Es el diablo, aunque no representa al mal, hace críticas a la naturaleza humana y es la vía para descifrar el universo oscuro y de la mitología para satisfacer todas las aspiraciones de Fausto.

Margarita: Personaje secundario. Primer amor de Fausto, quien muere por el remordimiento al haber aceptado los halagos y amores clandestinos de Fausto. De corazón noble y religiosa.

Wagner: Personaje secundario: Fámulo de Fausto quien plantea al principio de la historia muchas cuestiones que son temas para resolver en los capítulos posteriores.

Helena: Personaje secundario. Personaje mitológico, semidiosa de la Antigua Grecia y personaje principal en la historia de la batalla de Troya, la Iliada. Con su extrema belleza y perfección enamoraba a todo hombre que la miraba.

Euforión: Personaje secundario. Es un ser puramente alegórico fruto de la unión de la belleza griega (representada por Helena) y el romanticismo (representado por Fausto), unión de la cual nace el genio de la poesía moderna, personificado en Lord Byron.

Homúnculo: Personaje secundario. Un hombre miniatura, que ciertos alquimistas pretenden haber creado artificialmente por medio de procedimientos espagíricos. Tales criaturas son transparentes, incorpóreas pero están dotadas de maravillosa inteligencia y por sus actos y poderes pueden compararse a los espíritus elementales.

Otros personajes: Isabelita, Marta, El emperador, el astrólogo, el bufón, el director, el general mayor, el trinchante mayor, el arquitecto, el heraldo, damas, jardineras, el Canciller, etc

Otros personajes mitológicos: Brujas, Fórcidas, Esfinges, Coros de ángeles, diablos, Proteo, Nereidas, Tritones, Sirenas, Quirón, Manto, Nereo, Ninfas, Ericto, Tesalia, Pluto, Clamoreo, Cloto, Laquesis, las Furias, las Parcas, las Gracias, Hegemone, Eufrosina, las Madres, etc.

Fuente