Resumen de La vorágine (José Eustasio Rivera)

Obra de difícil lectura, llena de regionalismos que forma parte de la novela realista social que proliferó en Hispanoamérica durante las décadas de los 20 a los 50. Por ello, los personajes refieren a los tipos sociales y económicos de la época. El ingreso de América Latina al capitalismo, se da bajo condiciones de exportadores de materia prima y –en el caso de la novela que nos atañe- la explotación del caucho en Colombia y más directamente, en la inhóspita selva amazónica. La Vorágine se mantiene pues en un tono realista cuya descripción de la explotación de los caucheros será la constante e hilo conductor de principio a fin. Muchos afirman que la obra de Rivera, anticipa al surrealismo e incluso al realismo mágico que tuviera su apogeo algunos años después. Algunos más, desacreditan la novela calificándola de híbrida y confusa –quién esto escribe se adhiere al último grupo-. Sin embargo, el testimonio de la explotación y los radicales cambios de aquellas épocas, así como la descripción de los efectos de la selva hacía el individuo, quedan como lo mejor de esta obra oscura y extraña.

Una pareja huye. Alicia había aceptado la invitación de su amante: Arturo Cova y esperanzada por la posibilidad de un real amor, se dejó llevar por sus palabras y decisiones. Pernoctan en un lugar conocido como Cáqueza. Su destino es Casanare. Cova reflexiona sobre su pasado y la manera como ha tratado a las mujeres. Algo le remuerde mientras Alicia duerme. Presiente que pronto, extrañará su libertad. Llevan mucho vagando de pueblo en pueblo. Más Cova no ignora los sucesos de Bogotá. Un peón le informa que las circunstancias de su huida son de todos sabidas, y que los periódicos han alimentado la historia con todo tipo de exageraciones. La pareja maldita levanta sospechas a su paso. Cova le sugiere a Alicia regresar. Ésta le reclama su radical cambio de parecer y le confiesa saber de su infidelidad. Cova se avergüenza. La riña termina cuando un hombre se cruza por su camino. El Pipa, cuyo verdadero nombre es Pepe Morillo, confunde a la joven pareja y se presenta como comisario. Sin embargo, y luego de haber pasado la noche con ellos, se va sin despedirse con un caballo de más en sus pertenencias.

Al llegar a un lugar conocido como Villavicencio, un general que conocía a Alicia trato de sentarla en sus piernas. Cova lo golpea con un tacón. Al poco rato, la pareja se interna por las llanuras con un nuevo acompañante: don Rafo.

De más de sesenta años, don Rafo, había sido compañero de vida del padre de Cova y acudió de inmediato a ayudar a Cova y a su acompañante. Amable, les prepara café por las mañanas, y los guía hasta Casanare Es el desierto, pero nadie se siente sólo les explica. En el camino, confirma que el Pipa es un bandolero, como caminaban de noche, la salida del sol los impresiona al iluminar la selva. Afortunadamente, don Rafo conocía los terrenos y la posibilidad de perderse era nula. Al octavo día, llegan a una fundación llamada la Maporita. Son recibidos por varios perros y por la niña Griselda: una hembra morena y fornida. La mujer los recibe bien y saluda a Rafael cual viejo conocido. Todos conversan; la niña Griselda y Alicia se hacen amigas. Se menciona a Barrera y que había venido a llevarse caucheros para el rumbo del Vichada y que además importa mercancía que vende a buen precio.

Don Rafo pretendía vender en el mercado, sin embargo, además de la desleal competencia, es amenazado por dos hombres mandados por Barrera. Cova defiende a don Rafo en vano pues los maleantes no se impresionan.

Esa noche llega Franco; el dueño de la casa según Cova. La niña Griselda los presenta y Franco y don Rafo se saludan con gusto. Todos platican de los recientes sucesos y las acciones de los hombres de Barrera. Con Franco llega Antonio Correa quien simpatiza con Cova.

A la mañana siguiente, Barrera hace su aparición del brazo de la niña Griselda y de Alicia. Luego de exageradas adulaciones hacia Cova, Barrera le cuenta su indignación por la noticia de que hombres a su servicio venían haciendo desmanes y se excusa con regalos para las damas. Hablan de la región que comprende el Casanare y su importancia para el comercio. Su ambición, es evidente. Al despedirse Barrera, Cova estrella el perfume de Alicia en el suelo.

El narrador cuenta la vida cotidiana del hato. Alicia enferma lo cual aprovecha Cova para enamorar a la niña Griselda. Alicia descubre el engaño. Don Rafo interrumpe el encuentro para hablar de negocios. Cova supone tener un buen negocio y piensa en llegar a Bogotá con Alicia y tener un hijo. Franco –el dueño del hato- participa también en el negocio. Todo aparenta estar bien salvo que la niña Griselda no soporta que Cova tuteé a Franco, además el mismo Cova le prohibe a Alicia que siga viendo a la niña Griselda pues se está “vulgarizando”.

Los encuentros clandestinos entre la niña Griselda y Cova se acentúan luego de una ausencia de Franco. Sin embargo, Cova pelea y cela constantemente a Alicia con Barrera. En cierta ocasión, Cova llega borracho con Alicia y, presa de los celos y el delirio, comienza a maltratarla por lo que es necesaria la intervención de la niña Griselda.

Los celos de Cova son implacables así como su descontrol. Va en busca de su adversario precisamente en sus terrenos. Llega bravucón a querer jugar a los dados. Zubieta –con quien se hiciera el negocio junto con Franco- lo invita a su mesa. Luego de pelearse con un viejo conocido, Barrera hace por fin aparición.

Luego de regañar al atrevido que molesto al honorable señor Cova, Barrera invita los tragos y acepta el juego. Cova tiene suerte y gana varias partidas. La fortuna se acumula, entonces Cova descubre que un fraude se aproxima. Acusa a Barrera de usar dados cargados y sucede una pelea. Barrera acusa a Cova de ladrón con intenciones de matarlo. Cova huye herido del lugar luego de la trifulca.

“El socio de Franco” que puede comprar mil toros de contado, es atendido por un brujo y una joven de nombre Clarita, quien es ultrajada por Barrera y que pronto, simpatiza con Cova.

Barrera se pone en contacto con Cova mediante una carta. En ella, le pide perdón por haberlo ofendido echándole la culpa al alcohol. También le ofrece unos toros que fueron a su vez, pagos de Zubieta y se despide como su desgraciado admirador. Cova desconfía y corre al mensajero. Clarita lo anima pues Barrera es un estafador con pinta de cauchero. Clarita a su vez, es el medio por el cual, Cova se entera que Zubieta nada le debe y que junto con Franco, hizo un simulacro de negocio frente a Barrera por un lío de ganado. Esa noche, Cova y Clarita dejan escapar deliberadamente el ganado destinado a Barrera.

Varios toros murieron; algunos peones supusieron que algunas animas provocaron el incidente. Más tarde y luego de una pelea de gallos, Franco hace su aparición. Zubieta no se impresiona. Franco saluda con un abrazo a Cova, después, se ofrece para recoger el ganado esparcido. Zubieta no acepta la ayuda. Franco reclama el ganado que le fue vendido. Zubieta se intimida.

Al ver Franco la herida sufrida de Cova, rápidamente se ofrece a vengarlo. Cova siente remordimientos, y confiesa que desde hace 7 días abandonó a Alicia y a la niña Griselda con quien tuvo amoríos. También le pide que lo mate sin embargo, nada sucede y se separan sin despedirse.

Clarita le reclama a Cova el que no le haya platicado de su mujer. La pareja se pelea y también se separa. Cova guarda esperanzas de una reconciliación con Alicia.

Franco dice que Cova no puede ir a la expedición a la selva por su herida.

A la mañana siguiente, y luego de ver a Clarita con Barrera, Cova recibe a un enviado de la niña Griselda que anticipa su llegada. Cova sin embargo, decide alejarse del hato en compañía de un mulato. Desconfía de Barrera y ahora también de Clarita cuando el mulato le platica que ella le propuso matar a Zubieta y buscar el oro escondido. En el camino topan con un doctor y un escribiente que buscan al bandolero Cova y al prófugo Franco. Más adelante se encuentran con unos indios y al día siguiente con unos vaqueros. De regreso, Cova recibe la noticia del asesinato de Zubieta y que Barrera lo había incriminado. Cova pregunta por Alicia y es informado que se la llevó la niña Griselda. Entristecido, sale a buscarla en vano. De nuevo en la Maporita, observa como Franco le prende fuego a su casa y a su hato. Cova y Franco salen en búsqueda de las prófugas.

La selva comienza a causar estragos en Cova quien junto con Franco, el mulato y el Pipa se mantenían aislados de la sociedad. Posteriormente, la tribu guahiba los recibe a condición de que dejaran en paz a las pollonas.

Planean ir a la Vichada para lo cual necesitan resistencia física y siete días. El Pipa y algunos indígenas serán los guías. Durante el viaje, Cova se ensimisma en sus recuerdos y pensamientos. Su monólogo interno abarca su desesperación, Alicia y su odisea por la selva. La idea del suicidio se presenta en Cova quien se impresiona por la inmensidad, el silencio y la permanente selva que parece no acabar. En el camino se enteran que Barrera secuestra caucheros que a su vez vende en Brasil; La niña Griselda y Alicia están con ellos. Cova se pregunta por la suerte de Alicia.

La fiebre produce alucinaciones en Cova, Franco lo tiene que calmar. La desconfianza entre los hombres mantiene una tensa calma. Unos indios tratan de robar aconsejados, según ellos, por el Pipa. El castigo para que pueda seguir con ellos es la flagelación.

Un acompañante muere lo que provoca un enfrentamiento entre Cova y Franco. Cova descubre que la niña Griselda tiene en su haber la muerte de un hombre y que no está casada con Franco. Esa noche, el Pipa alista hombres y se da a la fuga.

Las guerras entre caucheros fertilizan el salvajismo de la gente. El mismo Cova se ve violento e irascible y golpea a un anciano vigía de nombre Clemente Silva. Dicho anciano, ex cauchero y vagabundo, literalmente se pudría en vida pues su cuerpo albergaba varías llagas infectadas. Cova se muestra solidario con él, a pesar de ser amigo de un bandido de la región y por eso, entabla amistad.

Entre otras informaciones, Cova se entera por medio de Silva que una mujer apodada la Madona no sólo era una especie de terrateniente sino que muchos bandoleros –y gente de ambigua reputación como Barrera- mantenían trato directo con ella. Cova le pide a Silva que los guíe en dirección de la Madona.

Durante el camino, Silva les platica las costumbres de la zona y los diferentes medios de explotación que existen por esos lares. También les platica su historia y el origen de su tesoro: un cajoncito lleno de huesos.

La historia de don Clemente sería, básicamente, la siguiente: su hija dio su brazo a torcer con el novio en turno. El hermano, avergonzado por aquellos actos impíos acudió a hablar con el Padre. Don Clemente defendió a su hija y provoca la huida de su hijo Lucianito. Cuando se enteró de que su vástago decía la verdad era demasiado tarde. La hija se había fugado y la esposa pronto murió por la ausencia de sus descendientes. Don Clemente le jura al cadáver, traer a su hijo a la tumba. Entonces, don Clemente les narra a Cova, al mulato y a Franco las extensas regiones que cruzó en busca de su hijo escapado de 12 años.

La búsqueda rebasó algunos años y numerosos sucesos; termina con la localización del cuerpo inerte, muerto y clavado a un árbol.

Cova duda cada vez más de sus capacidades intelectuales. Se pregunta sí la locura se ha instalado en su interior. La selva, extendida infinita, abraza el horizonte ocultando la esperanza.

Cova siente rivalidad hacía el anciano Silva llegando incluso a retarlo. Silva le ignora pues sabe que su contrincante está poseído por la selva.

La desesperación se apodera del grupo al darse cuenta perdidos. La locura se instala luego de dos muertes. Todos corren en sentidos contrarios. Un pequeño grupo se reencuentra. Clemente Silva teme ser asesinado. Finalmente reconocen una zona y llegan por fin a los territorios de la Madona. Son recibido por militares corruptos y fingen haber perdido su cosecha en un naufragio. El convincente discurso de Cova, provoca curiosidad en la Madona quien deja ver su bella y escultural figura. Luego de asomarse, sucede una discusión sobre el precio del caucho entre el militar y la iracunda cacique de la zona.

La Madona y Cova se relacionan más a pesar de sus diferencias de carácter. La extremada ambición de la dama, hacía palidecer a su recién conocido.

Las platicas sobre los negocios: terrenos, la venta del caucho etc. Pronto sale a relucir. Cova intenta seducirla en vano.

Don Clemente Silva es el elegido para llevar el pliego petitorio a las autoridades. Éste acepta gustoso y decide marchar con la caja de huesos de su hijo. Sin embargo regresa llorando pues los huesos fueron echados al río y culpa directamente a la Madona.

Franco también se enemista con la Madona pero contiene su reclamo a instancias de Cova quien arregla asuntos pendientes con la bella mujer.

La niña Griselda reaparece y Cova se entera que Alicia fue regalada por Barrera como depósito a un pago y que se encuentra encinta.

Cova escribe los detalles de su odisea y la desafortunada manera como se resuelven las negociaciones. La muerte de un cacique y la posterior huida de un grupo de apestados. Cova pelea con Barrera sumergiéndolo en agua y presenciando como su enemigo se volvía banquete de feroces pirañas que en segundos, lo devoraron. Se reencuentra con Alicia quien no oculta los síntomas del parto.

Cova destina sus escritos a don Clemente y le pide acuda en su ayuda.

Sin embargo el viejo Silva nunca los encuentra pues la selva, finalmente, se los había comido.

Personajes

Arturo Cova. Amoral y misógino se verá cada vez más comprometido con la causa de los caucheros. Durante su travesía por la selva, Cova encontrara a su némesis en Barrera que simboliza la transición en la manera de explotar y exportar la materia prima. Si bien Cova no es un héroe, se pondrá del lado de los explotados y hará frente al ambiguo explotador Barrera.

Además de Barrera, otro personaje que aparece más adelante es digno de mención: don Clemente Silva cuya trágica búsqueda de su hijo perdido, simboliza la perdida de la inocencia por medio de un viaje de varios años. Será el viejo Silva el encargado de llevar las escrituras a las autoridades.

Los personajes femeninos serían: Alicia quien conoce a Cova mientras sus padres fraguaban su matrimonio con un viejo terrateniente y se fuga con él. Otras mujeres de peso en la historia serían la niña Griselda y la Madona Zoraida Ayram.

Fuente