Resumen de La vida es sueño (Pedro Calderón de la Barca)

Segismundo, príncipe de Polonia, vive encerrado en un castillo en compañía de su sirviente Clotaldo. Está preso por orden de su padre, el rey Basilio, quien quería, de esta manera, evitar que se cumplieran los pronósticos: el rey sería humillado y ofendido por el hijo. Basilio, para probar a Segismundo, le narcotiza y le conduce a palacio. Segismundo demuestra sus instintos feroces y sus pasiones desatadas atropellando a la joven Rosaura, la primera mujer que ha conocido. Basilio se convence de lo cruel y despótico que sería un hombre como su hijo, si ascendiese al trono. Por lo cual nuevamente es narcotizado y llevado a la torre. Segismundo cree que todo ha sido un sueño. El pueblo se subleva a favor de Segismundo, éste vence a su padre cumpliéndose los vaticinios. Segismundo se porta generosamente con su padre, cambia de carácter y refrena la pasión concebida hacia Rosaura, dejando que ésta se despose con su prometido.

Jornada primer

Escena primera

Principia la acción al anochecer, a un lado del escenario el monte y al otro una torre cuya planta baja sirve de prisión a Segismundo. La puerta que da frente al espectador está abierta. Entra la dama Rosaura, vestida de hombre, baja de las peñas al llano, acompañada de Clarín, el gracioso o bufón.

Llega Rosaura quejándose del viaje, del caballo, del camino y de su destino y de su llegada a Polonia y su recibimiento. Clarín se une a sus quejas. A Rosaura le parece ver un edificio. Se acercan pensando que las gentes que allí habitan les den cobijo y se dan cuenta de que la puerta está abierta y adentro solo se ven tinieblas. Suene dentro cadenas. Se asustan y dentro se oye la voz de Segismundo: «¡Ay, mísero de mí! ¡Ay infelice! Piensan en huir, pero no pueden y entonces deciden quedarse allí a escuchar a aquel que parece encerrado en tal prisión.

Escena segunda

Se abra la puerta y aparece Segismundo, con cadenas y vestido de pieles. Hay luz en la torre. Se pregunta Segismundo por su terrible destino, la suerte que le ha tocado estando en aquella torre encerrado y qué delito cometió para este castigo haya encontrado. Piensa que tal vez el único delito sea el simple hecho de haber nacido. Se compara con los animales que también nacieron como él, pero él con más albedrío tiene menos libertad. Se pregunta una y otra vez qué falta puede haber cometido para encontrarse en tan terrible situación.

Rosaura muestra temor y piedad ante estas palabras y al oírla Segismundo cree que es Clotaldo, el viejo alcaide de su prisión, pero al ver que no se trata de él se desata su furia y amenaza a Rosaura con darle muerte por haber oído sus flaquezas. Rosaura le suplica perdón y dice que bastará con postrarse a sus pies para que la libere. Segismundo se tranquiliza al oír aquellas palabras y se pregunta quién es aquella que ha sabido enternecerle y turbarle. Segismundo se asombra de la impresión que le ha causado contemplar a Rosaura y ella le devuelve el cumplido, diciéndole que creyéndose desdichada fue a encontrar alguien más desdichado todavía, como le ocurrió al sabio. En el momento que le va a contar sus penas y decirle quién es se oye la voz de Clotaldo.

Escena tercera

Se oye la voz de Clotaldo dentro preguntando quién son aquellas personas que han quebrantado la cárcel. Rosaura expresa su confusión, Segismundo le anuncia que aquel es su alcaide y Clotaldo llama a los soldados que los prendan o los maten. Clarín con su humor exclama que prefiere que le prendan.

Sale Clotaldo con los soldados, todos con el rostro cubierto y él con una pistola en la mano. Clotaldo les anuncia que han pisado las tierras vedadas por el decreto del rey y les pide que se rindan o probarán el fuego de sus pistolas. Segismundo le amenaza y le pide que no los ofenda ni los agravie. Clotaldo le recuerda que aquella prisión es el freno de toda su ira, pues su desdicha es tan grande que antes de nacer murió y pide a los soldados que lo encierren en la cárcel. Segismundo se alegra amenazante, diciendo que qué suerte que lo encierran porque si no, rompería el sol poniendo sobre los cimientos de piedra montañas. Clotaldo le dice que tal vez hoy sufre esos males por no ponerlas. Los soldados se llevan a Segismundo y lo encierran.

Escena cuarta

Rosaura y Clarín amedrentados piden perdón y Clotaldo llama a los soldados para que los desarmen y aten los ojos para que no vean por donde salen. Rosaura le entrega su espada, pero le dice a Clotaldo que sólo se la ha de entregar a él, ya que él es el principal y no sabe rendirse a menos valor. Además le dice que si ha de morir quiere que la guarde pues aquella espada encierra grandes secretos, pues fiado en ella viene a Polonia a vengarse de un agravio. Clotaldo se lamenta hondamente al ver la espada. Le pregunta quién se la dio. Contesta que una mujer de la cual no puede decir el nombre, que le dijo que partiera a Polonia y mostrara la espada a nobles y principales, que alguno de ellos al verla lo abría de favorecer. Clotaldo se sorprende al escuchar esto y murmura que aquella es la espada que él mismo entregó a la hermosa Violante diciéndole que quién la trajera lo hallaría amoroso como hijo y piadoso como padre. Por tanto aquel muchacho que la porta es su hijo. Clotaldo se lamenta preguntándose qué debe hacer, pues entregarlo al rey es entregarlo a la muerte, pero ocultárselo es faltar a la ley del homenaje y traicionarlo. Amor propio contra lealtad. Concluye que es antes la lealtad al rey, que la vida y que el honor. Asustado recuerda que viene a vengarse y dice que un hombre agraviado es infame. Reniega de su hijo, pero luego recuerda que el honor es tan frágil que pronto se quiebra y que su hijo es noble por venir a buscar al que lo agravie. Concluye que lo entregará al rey diciéndole que es su hijo y que tal vez la misma piedad de su honor podrá obligarle a perdonarlo y entonces él le ayudará a vengarse, más si el rey decide matarlo morirá sin saber que él era su padre. Les dice a los extranjeros que lo acompañen, que no les faltará compañeros en las desdichas, que no se sabe si son más grandes las del morir o las del vivir.

Escena quinta

Astolfo, duque de Moscovia, y soldados salen por un lado. Por el otro la infanta Estrella y damas. Música militar dentro y salvas.

Astolfo le da la bienvenida a la infanta y la halaga, pero ella le replica sus palabras lisonjeras y le dice que las corrobore con acciones, pues le halaga com la boca y la mata con la intención. Astolfo le dice que está mal informada y procede a contarle que falleció el rey de Polonia y quedó Basilio por heredero, y dos hijas, de quien ella y él nacieron. Como Basilio enviudó sin hijos los dos aspiran al Estado. Ella aspira por ser la hija de la hermana mayor y él por haber nacido varón, así que esa tarde se reúnen allí para que su tío tome una decisión. Astolfo le vuelve a halagar diciéndole que ojalá sea ella la que reine, cuando ya llega el rey.

Escena sexta

Sale el rey Basilio con acompañamiento. Lo saludan sus sobrinos y él les anuncia que espera que los dos queden iguales y que guarden silencio mientras les cuenta un suceso. Les cuenta que su esposa tuvo un hijo, que le dio muerte al nacer. Su hijo nació con malos presagios, en tal horóscopo que se produzco un eclipse teñido en rojo como augurio de su mala condición. Nació matando. Tales augurios decían que Segismundo, que así se llamó su hijo, sería hombre atrevido, príncipe cruel y el monarca más impío. Que su reino padecería esto y que habría de postrar a sus pies a su propio padre. Como los hados le pronosticaban tales males decidió ver si su voluntad podía romper la del destino, hizo construir una torre en las montañas y allí mandó encerrar a su hijo, solo con Clotaldo, siendo éste su alcaide y maestro y el único testigo de sus desdichas.

Dice que no quiere perjudicar a Polonia, pero que el quitar a su propia sangre el derecho que la ley divina le dio tampoco le convence, pues por evitar que uno sea tirano es tirano él. Así que por ver si los hados se equivocan ha decidido poner mañana en el trono a su hijo, sin que sepa que lo es, para que los gobierne y ellos le muestren pleitesía. Si es prudente y justo será rey y si se cumple la profecía y es cruel, entonces él mismo se encargará de devolverlo a la cárcel, pues ahora no será crueldad sino castigo. En ese caso hará reyes a los dos primos casándolos. Esa es su voluntad.

Astolfo muestra su acuerdo y todos reclaman a Segismundo como príncipe heredero y rey. Aclaman todos a su rey Basilio. Entran acompañando a los primos. Queda solo el rey.

Escena séptima

Salen Clotaldo, Rosaura y Clarín. Clotaldo le pregunta si le puede hablar. Basilio le dice que qué tiene y él le contesta que un gran pesar, pues este joven consiguió entrar a la torre y ver al príncipe. Basilio lo interrumpe y le dice que hoy no importa, pues acaba de contar a todos el secreto y ya que importa que aquel joven también lo sepa. Le dice que se reúna con él luego pues ha de advertirle muchas cosas y de ayudarle pues ha de ser instrumento del mayor suceso que el mundo ha visto. Clotaldo lo aclama y le da las gracias.

Escena octava

Clotaldo a parte dice que la suerte está de su lado, pues así ya no tendrá que decir que es su hijo, y libera a los extranjeros. Rosaura y Clarín le dan las gracias. Rosaura se pone a sus ´órdenes pues le ha salvado la vida. Clotaldo se lamenta, pues dice que la vida de un hombre afrentado no es vida. Rosaura asiente, pero dice que cuando se vengue su corazón descansará. Clotaldo le dice que aquella espada sabrá vengarlo. Ella jura venganza sobre la espada contra su enemigo. Clotaldo le pregunta por su nombre y ella acaba confesando que se trata de Astolfo, duque de Moscovia. Clotaldo se lamenta, pues es más grave de lo que imaginaba. Le dice que quién es su señor no puede haberle agraviado. Rosaura dice que aunque Astolfo es su príncipe sí pudo hacerlo. Clotaldo la insta a que diga qué fue aquello de una vez. Rosaura le insinúa que ella no es lo que parece ser, pues su exterior es vestido enigma y si Astolfo llegó allá para desposar a Estrella entonces el agravio será posible.

Se van Rosaura y Clarín, mientras Clotaldo les dice que esperen, que aquel es un confuso laberinto y clama al cielo que lo guíe.

Jornada segunda

Escena primera

En el salón del palacio real Clotaldo y el rey Basilio conversan. Clotaldo le dice que todo lo que mandó se ha efectuado. Dice Basilio que le cuente. Clotaldo dice que se preparó la pócima que él ordenó, que fue a hablar con Segismundo a su celda, que él le mostró de nuevo su dolor y que brindaron por ello, dándole él a beber la pócima. Al instante de tomarla Segismundo cayó dormido como si estuviera muerto. Entonces siguiendo siempre sus órdenes se le llevó a palacio y se le acostó en la cama del rey, diciendo que al despertar se le habría de servir como si de él mismo se tratara. Clotaldo le pregunta que cual es su intención al llevar a Segismundo a palacio.

Basilio le contesta que quiere ver si lo que los astros predijeron puede ser mitigado por la voluntad humana, pues el hombre predomina sobre las estrellas. Quiere traerle allí donde sepa que es su hijo para ver si pasa la prueba, pero lo trae dormido, pues si no lo hiciera y tuviera que ser devuelto a su celda entonces se podrá consolar pensando que aquello sólo fue un sueño, pues todos los que viven sueñan.

Clotaldo le da la razón y dice que parece que ya ha despertado y hacia allí se dirige. Basilio se quiere retirar y le pide a Clotaldo que él como ayo, le conteste a todas sus dudas con la verdad, pues tal vez sabiéndola y conocido el peligro, más fácilmente se venza. Sale Basilio.

Escena segunda

Sale Clarín y al verlo Clotaldo recuerda que es el criado de aquella que vino a Polonia con su afrenta. Clarín le habla de Rosaura, le dice que cambiando de nombre vive ya en palacio como dama de Estrella y que espera que él vuelva por su honor. Le dice que se pone a las órdenes de el rey, de él y de Estrella, para contarles todo y que ellos le favorezcan. Clotaldo se lo agradece y le dice que lo sirva a él. Clarín anuncia la llegada de Segismundo.

Escena tercera

Músicos cantando y criados dando de vestir a Segismundo, que sale asombrado. Se pregunta qué hace él entre esos lujos, le parece engañoso sueño, pero sabe que está despierto. Los criados lo agasajan y él sigue en su confusión. Clotaldo le dice que quiere ser el primero en besar su mano, rendirle obediencia y sacarle de todas sus dudas. Le dice que ha de saber que es príncipe heredero de Polonia y que si se encontraba en aquella situación fue por los malos vaticinios contra él, pero que con esfuerzo los ha de librar. Por esta razón ha sido traído desde la torre a palacio donde su padre vendrá a verlo y de él sabrá lo demás.

Segismundo al saber la noticia dice que ahora qué le impide empezar a mostrar su soberbia y su poder y puesto que Clotaldo traicionó a su patria ocultándole a él su estado, lo condena que muera a sus manos. Los criados lo intentan disuadir diciéndole que sólo obedecía al rey. Segismundo los aparta diciendo que desobedeció a su príncipe heredero. Clotaldo huye. Un criado defiende a Clotaldo y Segismundo le dice que cómo se atreve a replicarle. Clarín se pone del lado del príncipe, éste pregunta quién habla y Clarín le dice que el mayor mequetrefe que se ha conocido, pues ese es su oficio. Segismundo dice que aquel es el único que le ha agradado y él contesta que es un gran agradador.

Escena cuarta

Sale Astolfo y rinde pleitesía al príncipe. Segismundo le contesta sin mucha alabanza y Astolfo le disculpa esto diciendo que no sabe quién es él. Se presenta a sí mismo y le dice que es su primo, el duque de Moscovia, que haya igualdad entre los dos. Segismundo le replica de mala manera. Un criado intenta mediar en la discusión habalndo de la grandeza de los dosy Segismundo le dice que él es más grande. El criado contesta que aún más razón para que se respeten y Segismundo le contesta que quién es él para hablarle así.

Escena quinta

Aparece Estrella, dándole la bienvenida al príncipe. Él pregunta quién es aquella mujer tan bella a Clarín, que le contesta que su prima Estrella. Segismundo la alaga y le pide besarle la mano. Estrella le dice que no sea tan atrevido y Astolfo piensa que está perdido.

Un criado al darse cuenta del sentimiento de Astolfo, le dice a Segismundo que no se atreva así y menos estando delante Astolfo. Segismundo otra vez lo amenaza por hablarle así y el criado afirma que sólo dice lo justo. Segismundo entonces lo amenaza con tirarlo por la ventana y así lo hace. Todos lo intentan parar, pero ya es demasiado tarde. Vuelve Segismundo diciendo que cayó al mar y Astolfo lo recrimina, recibiendo inmediatamente una nueva amenaza en relación a perder su cabeza. Se va Astolfo.

Escena sexta

Sale Basilio preguntando qué ha sido aquello. Segismundo le contesta que ha arrojado por el balcón a un hombre que le ha cansado. Clarín le dice a Basilio que ya su hijo está advertido de que es rey. Basilio se lamenta de qué pronto cueste una vida su llegada y Segismundo le dice que lo retó y él ganó.

Basilio le dice que vino creyendo que le encontraría vencedor de los designios del hado y resulta que su primera acción ha sido un homicidio. Le pregunta con qué amor podrá ahora abrazar esos brazos, pues esa era su intención, si están manchados de sangre. Le dice que le tiene miedo y que su abrazo retira. Segismundo le contesta que sin él sabrá estar, pues si tan mal lo crió y lo trató, le quitó su derecho de hombre y de príncipe. Basilio le reclama el poco agradecimiento al verse de hombre preso en príncipe y Segismundo le contesta que qué le ha de agradecer si solamente le da lo que ya era suyo por derecho de ley natural. Así que no es él el que le está obligado, sino que Basilio le debe agradecer que no se cobre él venganza, él es su deudor.

Basilio le contesta que viendo su atrevimiento se da cuenta de que el cielo cumplió su palabra y le dice que sea humilde y blando, pues puede ser que ahora esté soñando. Segismundo le dice que sabe que no está soñando y que ahora que sabe quién es no podrá él quitarle su derecho de heredar esa corona. Ahora ya sabe que es una mezcla de hombre y fiera.

Escena séptima

Sale Rosaura en traje de mujer. Viene siguiendo a Estrella y con el temor de encontrarse con Astolfo. Espera que no la vea Clotaldo pues le debe la vida y está al amparo de su honor.

Clarín le pregunta a Segismundo qué es lo que más le ha agradado de lo que ha visto. Él dice que nada, pero que si ha de elegir algo elige la belleza de la mujer y más si es la que está viendo en esos momentos. Rosaura al ver al príncipe quiere retirarse, pero Segismundo la detiene y le pregunta quién es. Segismundo se pregunta dónde ha visto antes esta belleza y Rosaura cree que ha visto antes su grandeza en prisión. Le contesta que es una dama de Estrella. Segismundo halaga su bellezapor encima de su ama Estrella, pues es ella sol que a aquella estrella alumbra.

Escena octava

Sale Clotaldo que se queda al paño (al lado del telón) observando. Murmura que quiere reducir a Segismundo, pues él lo ha criado. Queda escuchando lo que sucede.

Rosaura le agradece el cumplido y le dice que no sabe qué responder. Segismundo le pide que no se ausente, pues aquello sería una afrenta a su paciencia y entonces haría que él pasara de galante a grosero. Rosaura lo recrimina y él le dice que hoy tiró a un hombre por la ventana y que lo mismo puede hacer con su honor.

Clotaldo aparte se lamenta por ver su honor por segunda vez puesto en peligro. Rosaura recrimina a Segismundo y lo llama tirano e inhumano. Ël le responde que por no oír aquellas palabras de su boca se mostraba cortés. Pide que los dejen solos y que cierren la puerta. Se van Clarín y los criados.

Rosaura teme por su vida mientras Clotaldo decide interrumpir a Segismundo como sea. Éste al verlo le dice que es la segunda vez que provoca su ira y le pregunta cómo ha llegado hasta allí. Clotaldo le contesta que vino a decirle que sea más apacible si desea reinar, que no sea cruel porque tal vez todo es un sueño. Segismundo se encoleriza y le dice que dándole muerte sabrá si es sueño o realidad. Al ir a sacar su daga, se la detiene Clotaldo y se pone de rodillas, intentando salvar su vida. Forcejean, Segismundo dice que le suelte y él le contesta que no lo hará hasta que llegue ayuda. Rosaura pide auxilio, que matan a Clotaldo.

Escena novena

Sale Astolfo, al tiempo que cae Clotaldo a sus pies, y él se pone en medio. Intenta disuadir a Segismundo y le pide clemencia para el hombre que se postró a sus pies. Éste le contesta que deberá entonces vengarse con su muerte. Astolfo dice que defenderá su vida, saca la espada y riñen.

Salen Basilio, Estrella y acompañamiento. Basilio pregunta qu+e pasa con aquellas espadas. Estrella se lamenta al ver así a Astolfo y los dos envainan ante su presencia. Segismundo explica que quería matar al viejo Clotaldo y el rey le pregunta si no tiene respeto a esas canas. Él dice que no, pues tal vez incluso haya de ver las del rey tendidas a sus pies algún día, ya que su venganza por haberle así criado todavía no ha llegado. Se va Segismundo.

Basilio dice que antes que la cumpla, volverá a dormir y creerá que es sueño todo lo que le ha pasado. Se van el rey, Clotaldo y el acompañamiento.

Escena décima

Astolfo exclama que pocas veces el hado se equivoca cuando desdichas augura, que tan cierto es en males cuanto dudoso en bienes y el mejor ejemplo, dice, son Segismundo y él, pues a uno le predijo crueldades y muerte y al otro rayos excelentes y ventura y he ahí el resultado, se lamenta. Estrella le dice que no duda de sus finezas, pero que son con otra dama, que cuando llegó a verla ya llevaba él prendida del pecho. Le dice que solo ella los merece y que acuda a aquella dama.

Escena undécima

Sale Rosaura que se queda al paño. Aparte murmura que parece ser que sus desdichas llegaron a su fin. Astolfo dice aparte que él sacará de su pecho el retrato de la otra mujer, pues sólo rinde pleitesía a Estrella y allí donde ella reina, no puede haber otra. Le pide a Rosaura entre murmullos que le sepa perdonar. Se va Astolfo.

Entra Rosaura diciendo que nada ha podido escuchar temerosa de que le viese. Estrella la llama «¡Astrea!» y le dice que quiere confiarle un secreto, que aunque hace poco que la conoce tiene su confianza. Le cuenta que su primo Astolfo quiere casarse con ella, pero que el primer día que lo vió llevaba al cuello el retrato de otra dama, piensa que fue a por él y ahora regresará para entregárselo a ella. Eso le da mucha vergüenza y le pide que se quede ella a recibir el retrato en su nombre, pues ella sabrá lo que es amor. Estrella se retira.

Escena duodécima

Rosaura se lamenta de sus desdichas y se colma de dudas, pues no sabe si decirle a Clotaldo y a Astolfo toda la verdad o callar. Piensa en disimular pero sabe que llegado el momento hará lo que el dolor y el corazón le dicten.

Escena decimotercera

Sale Astolfo con el retrato y se sorprende al ver a Rosaura. Ella le dice que está equivocado, que la confunde con otra dama, ella es Astrea. Astolfo le dice que pare ya el engaño. Rosaura contesta que está allí por orden de Estrella, para esperar el retrato y hacérselo llegar. Astolfo le dice que si quiere llevar a fin el engaño entonces vaya con Estrella y le diga que en vez del retrato le envía el original. Rosaura le dice que de las dos formas volverá desairada, pero que no ha de volverse sin retrato. Él se niega a dárselo y ella se lo intenta arrebatar diciendo que no ha de estar en manos de otra mujer. Forcejean asidos ambos del retrato.

Escena decimocuarta

Llega Estrella, los encuentra así y pregunta qué es lo que sucede. Rosaura le dice que se lo va a explicar. Astolfo a parte le dice que qué pretende. Rosaura le cuenta que oyendo lo del retrato se acordó que llevaba uno de ella en la amnga y que al llegar Astolfo se le cayó al suelo. Éste como se niega a entregar el otro pensó en entregar aquel y ella enfurecida se lo quería arrebatar. Le dice que vea el retrato y diga si no es de ella. Estrella le pide a Astolfo que se lo muestre y dice que es cierto. Rosaura toma su retrato y le dice que ahora le de el otro. Se va Rosaura.

Escena decimoquinta

Estrella le dice que le entregue el retrato, pues no quiere que se quede en su poder, aunque sea porque ella tan neciamente lo ha pedido. Astolfo no sabe cómo salir de esta y le dice que aunque quiera no podrá darle el retrato. Estrella le dice que es villano y grosero amante y que ella tampoco quiere que se lo entregue, pues no quiere que recuerde que ella se lo pidió. Sale Estrella y queda lamentándose Astolfo de que Rosaura a Polonia haya venido a perderlos a los dos.

Escena decimosexta

Prisión del príncipe en la torre. Segismundo, como al principio, con pieles y cadenas, en el suelo. Clotaldo, dos criados y Clarín. Clotaldo da la orden de dejarlo allí, pues aquí su soberbia acaba donde empezó. Clarín se lamenta por Segismundo y Clotaldo manda a los criados que encierren a Clarín en la celda inmediata, pues sabe demasiados secretos. Clarín se defiende y dice que callará. Se lo llevan y queda solo Clotaldo.

Escena decimoséptima

Sale Basilio enmascarado y llama a Clotaldo que le pregunta por qué viene así. Dice que la curiosidad por ver qué pasaba allí. Clotaldo le muestra a Segismundo y Basilio pide que le despierten, pues fuerza y vigor a debido de perder con el opio que bebió. Clotaldo dice que está inquieto y hablando en sueños. Van a escucharlo y le oyen murmurar muerte para Clotaldo y postración para su padre. Horrorizados oyen cómo despierta. El rey se esconde para que no lo vea.

Segismundo se despierta preguntándose si es él el preso y exclama qué cosas ha soñado. Clotaldo le llama la atención por tanto dormir y Segismundo se pregunta si no seguirá dormido, pues si ha sido sueño lo que vió palpable y cierto, puede ser que lo vea ahora sea incierto y en realidad sueño. Clotaldo le pide que le cuente lo que soñó. Ël le cuenta que se despertó en un lecho lujoso viéndose rey de Polonia. Clotaldo dice que qué buenas albricias y él contesta que no tantas, pues a él lo mataba, de todos era tirano y sólo amaba a una mujer, dice lamentándose. Se va el rey al escuchar todo esto. Clotaldo le dice que no está de más hacer el bien incluso cuando se está soñando y se marcha.

Escena decimoctava

Queda solo Segismundo meditando en voz alta. Se dice a sí mismo que la experiencia le enseña que todo el que vive sueña. Reyes, gobernantes, el rico, el pobre, el que trabaja, el que ofende, todos sueñan lo que son, aunque ninguno lo entiende. ¿Qué es la vida?, se pregunta Un frenesí, una ficción, una ilusión, una sombra. «Que toda la vida es sueño, y los sueños, sueños son».

Jornada tercera

Escena primera

En la torre de Segismundo, Clarín se lamenta de su suerte de criado, que por callar allí se encuentra encerrado.

Escena segunda

Ruido de cajas y clarines y voces dentro. Se oye la voz de un soldado diciendo que tiren la puerta, pues en aquella torre está. Clarín se pregunta qué querrán aquellos que lo buscan. Los soldados entran y le dicen que es su príncipe, que no quieren al rey extranjero y lo alaban. Clarín se encuentra desconcertado, pero les sigue la corriente, pues dice que tal vez es costumbre de aquella corte llevar a uno a prisión y al día siguiente hacerle rey. Los soldados gritan el nombre de Segismundo y Clarín piensa que a todos los reyes han de llamar igual.

Escena tercera

Al oír su nombre gritado Segismundo pregunta quién lo llama. Los soldados preguntan si es él Segismundo y le reclaman a Clarín, más este dice que fueron ellos los de la equivocación. El soldado le explica a Segismundo que su padre quería poner a Astolfo, duque de Moscovia, como su rey, más el pueblo sabiendo que tenía rey natural, no quiso que un extranjero viniera a mandarle y así han venido a buscarle para darle la libertad y que reclame su corona al tirano. Voces dentro lo aclaman.

Segismundo se sorprende de que otra vez se halle ante aquel espejismo y los rechaza, pues dice que ahora sabe bien que la vida es sueño y que no quieremás ilusiones fingidas. El soldado le dice que si cree que le engañan que mire afuera la gente que le aguara para obedecerle. Él contesta que ya vió aquello en otra ocasión y fue un sueño. El soldado dic que tal vez fue un sueño augurando aquel momento. Segismundo acepta pero diciendo que sabe que en cualquier momento puede despertar y se dispone a tomar las armas contra su padre y ponerlo a sus pies. Todos lo aclaman.

Escena cuarta

Aparece Clotaldo preguntando qué es aquel alboroto y ve a Segismundo. Cree que en él va a probar su rigor y Clarín piensa que lo va a despeñar. Se postra a sus pies, ya sabe que a morir, dice Clotaldo. Sin embargo Segismundo le dice que se levante, que debe a e´l su crianza y le ofrece su lealtad. Clotaldo se sorprende y Segismundo le dice que quiere hacer el bien, pues nada se pierde en hacer el bien hasta en sueños. Clotaldo le dice que si va a hacer la guerra a su rey, no puede ponerse de su lado y que le de muerte, pero Segismundo lo despide diciéndole que vaya a servir a su rey, que ya se verán de nuevo en el campo (de batalla). Segismundo dice que es bueno hacer el bien, ya sea que esté soñando o despierto.

Escena quinta

Conversan Basilio y Astolfo. Basilio dice que quién puede parar ya lo que se avecina, pues es difícil parar la ira de todo un pueblo, y que afuera se oyen los ecos de unos, Astolfo, y otros, Segismundo. Astolfo le contesta que si Polonia, a la que espera mandar, ahora se resiste a su obediencia es porque él la merece primero. Pide que le den un caballo y se va. Queda Basilio lamentándose pues piensa que por huir del peligro ha su patrio ha llevado a la destrucción.

Escena sexta

Aparece Estrella y le dice a Basilio que si con su presencia no puede parar el tumulto que se cierne, verá su reino envuelto en el rojo de la sangre.

Escena séptima

Aparece Clotaldo y se postra ante su rey. Éste le pide noticias de Segismundo y le cuenta que el pueblo lo sacó de la torre y que al verse liberado su honor por segunda vez, valiente se mostró y ahora se dirige hacia allí para hacer cumplir al cielo su designio. Basilio ordena que se le de un caballo para ir al encuentro de su hijo ingrato, a defender su corona, pues lo que no pudo la ciencia lo podrá el acero. Estrella pone su nombre junto al suyo, tocan el arma y se van.

Escena octava

Sale Rosaura, que detiene a Clotaldo. Le dice que allí vivió en palacio por su consejo y que se guardara de Astolfo, más su honor sigue siendo atropellado al verlo con Estrella. Tiene la llave de Astolfo y pretende que él así le pueda dar muerte y vengarla. Clotaldo le dice que era esa su intención, pues él no era su rey, más cuando Segismundo lo intentó asesinar Astolfo lo defendió. Entonces ahora, ¿debe dar muerte a quien le dio vida? Se encuentre en la encrucijada entre dos afectos. Rosaura lo intenta convencer de que está más obligada con ella, pues de Astolfo recibió vida, pero a ella se la dio. Clotaldo le propone darle su hacienda y que ella viva en un convento, así se solucionan los agravios, es leal al rey y justo con Astolfo. Rosaura se niega a hacerle caso, pues dice no es su padre y vuelve a decir que piensa matar al duque. Clotaldo la quiere disuadir pues éste ha de ser su rey y esposo de Estrella. Más ella parece estar decidida aunque se tenga que perder. Clotaldo le pregunta si no hay más remedio y entonces le dice que si ha de perderse, se han de perder los dos. Se van.

Escena novena

Sale Segismundo, vestido de pieles; soldados marchando; Clarín. Tocan cajas.

Segismundo habla de la grandeza de su mando, pero vuelve a dudar entre el sueño y el despertar. Mientras Clarín le anuncia que a su presencia llega una mujer y se sorprende al ver que se trata de Rosaura. Se va Clarín y dice Segismundo que la luz de aquella dama lo ciega y el cielo a su presencia la restaura.

Escena décima

Sale Rosaura, con baquero, espada y daga. Alaba a Segismundo y se pone a sus pies y a su amparo. Le dice que ya la vio tres veces, tres la admiró y la ignoró pues la vio en diferentes trajes. La primera en la prisión, la segunda cuando soñó ser rey y ahora la tercera. Le cuenta toda su historia, de cómo llegó a Polonia para vengarse con la espada que le dio su madre y su consejo, cómo conoció a Clotaldo y contó su ofensa y su propósito de venganza contra Astolfo. Así se pone a sus órdenes, pues dice que su propósito es el mismo, al querer impedir las bodas de los sobrinos.

Segismundo recibe una gran sorpresa, pues aquella mujer le relata todos aquellos sucedidos que él creó soñar y por tanto ha de ser verdad aquello que él creyó sueño. Aparte medita de todo esto y vuelve a dudar entre la realidad y el sueño, más dice que no importa, pues se haya ante él la hermosa Rosaura y le subyuga, así que antes de ser conquistador de su corona lo será del honor de ella.

Rosaura le dice que por qué nada le contesta y ni la mira ni oye. Segismundo le responde que no le contesta con palabras, pues con actos ha de responderle y salvar su honor y su honra, antes de mirar su hermosura. Se va y los soldados con él. Rosaura queda dudando de su contestación equívoca.

Escena undécima

Aparece Clarín y Rosaura le pregunta dónde se encontraba. Él le contesta que preso por saber el secreto de quién es ella. Suenan cajas, se preguntan qué sonido es aquel y Clarín contesta que del palacio sitiado sale un escuadrón para enfrentar y vencer a Segismundo. Se lamenta Rosaura y se va.

Escena duodécima

Voces de unos y otros aclamando a su rey y a su libertad. Clarín piensa en esconderse y ver desde allí todo el espectáculo sin poner su vida en peligro.

Escena decimotercera

Aparecen Basilio, Clotaldo y Astolfo, huyendo. Se lamentan, pues han perdido la batalla y deben de escapar del rigor del hijo tirano. Disparan dentro y cae Clarín herido donde está. Astolfo se pregunta quién es aquel soldado que herido cae a sus pies. Clarín responde que es un hombre desdichado que por huir de la muerte la encontró, pues es imposible huir de los designios de la muerte, si esta ha de llegar.

Basilio se lamenta al escuchar estas palabras, que parecen vaticinios y de nuevo recuerda que por salvar a su patria, la entregó a la muerte. Clotaldo dice que uno ha de reservarse de la desgracia de los hados. Astolfo le dice que allí entre unas matas hay un caballo en el que podrá huir, mientras él guarda sus espaldas y Basilio dice que si la muerte hoy le ha de buscar allí la encontrará cara a cara.

Escena decimocuarta

Aparecen Segismundo, Estrella, Rosaura, soldados y acompañamiento.

Un soldado advierte que el rey se esconde en la espesura del bosque. Segismundo ordena que lo busquen y lo prendan. Clotaldo insta a Basilio a huír. Éste se niega ante la sorpresa de Clotaldo y entonces se arrodilla ante Segismundo y le dice que ya sus canas a sus pies están para que tome de su honor venganza y se cumplan los designios del cielo.

Segismundo al ver a su padre a sus pies, se dirige al pueblo de Polonia. Les dice que su padre, queriendo arreglar y prevenir lo que los hados pronosticaban lo hizo un bruto, pues si él hubiese nacido dócil, nada más hubiese bastado la vida que él le dio para convertirlo en una fiera inhumana. Y, de esta forma, en vez de sortear los designios, los precipitó. Dice que así se demuestra que la fortuna no se vence con justicia y con venganza, sino con cordura y con templanza. Ahí está el vaticinio cumplido, un rey rendido a los pies del hijo y un monarca atropellado. Se pregunta si habiendo fallado su docto y viejo padre contra el hado, podrá él vencerlo. Hace levantar a su padre y se rinde a sus pies ofreciéndole su cuello para que se vengue.

Basilio emocionado lo recibe otra vez como a un hijo y como al príncipe heredero. Todos dan vivas a Segismundo. Éste dice que su mayor victoria es hoy vencerse a sí mismo y le pide a Astolfo dé la mano a Rosaura para enderezar su honor. Astolfo se queja pues no sabe ella su procedencia. Interviene Clotaldo diciendo que Rosaura es noble, pues es su hija, que por otras razones esto no lo había dicho hasta ahora y Astolfo acepta casarse con ella. Segismundo para que Estrella no quede desconsolada la casará con un esposo igual de noble. Estrella lo agradece. A Clotaldo, que leal sirvió a su padre le aguardan sus brazos. El soldado que lo sacó de la torre, le pregunta que si a aquel que no le ha servido le da tanto a él qué le dará. Entonces Segismundo dice que la torre, pues estará allí encerrado hasta morir, pues pasada la traición no es menester el traidor.

Todos lo admiran por su ingenio y él les dice que qué los admira, pues fue su maestro el sueño y por tanto sabe que la dicha humana pasa como un sueño y es menester entonces aprovecharla el tiempo que sea y pedir perdón por sus faltas.

Personajes

Basilio: Rey de Polonia. Quiere esquivar los designios crueles y fatales de los hados contra su hijo y de esta forma lo que hace es precipitarlos.

Segismundo: Príncipe. El encarcelado, el que no sabe si sueña o está despierto y finalmente el heredero y gobernante de su reino.

Astolfo: Duque de Moscovia. Sobrino de Basilio y aspirante al trono en lugar de Segismundo.

Estrella: Infanta, sobrina del rey. Va a casar con Astolfo para reinar juntos.

Clotaldo: Viejo, alcaide, maestro y único acompañante de Segismundo en su encierro. Padre de la bella Rosaura.

Rosaura: Dama enviada a Polonia para vengar su honor de Astolfo.

Fuente