Pantaleón, un destacado y disciplinado miembro del ejército peruano, tiene como misión crear un servicio de visitadoras (prostitutas) para disminuir el número de violaciones en la selva a causa de los soldados del ejército. Su disciplina y organización, hace que dicho servicio clandestino funcione a la perfección hasta que se presentan una serie de sucesos que ponen fin al famoso y controvertido servicio de visitadoras de Iquitos. Novela basada en una historia real.
Capítulo I
Pantaleón Pantoja, un destacado miembro del ejército con residencia en Chicloya, es citado por los Generales Tigre Collazos y López López para encomendarle una misión secreta y peligrosa, pues su eficiencia, orden matemático, lealtad y compromiso hacia el trabajo, lo han convertido en el elegido para crear un servicio de prostitutas para los oficiales y soldados del ejército de la selva en la Amazonía. La razón es que se han presentado un alto número de violaciones en la selva y se debe al calor y aislamiento en el que viven los soldados: se vuelven locos, provocando así, un escándalo y desprestigio en el Ejército.
Al llegar a Iquitos, Pantaleón se reporta ante sus superiores, el General Roger Scavino y el Padre Beltrán, a quienes les parece una barbaridad el servicio, pero deben darle seguimiento y apoyo porque son órdenes superiores. Scavino le pide a Pantaleón que durante su misión, se vista de civil, viva como civil y no en las Villas del Ejército, y por ningún motivo, descubrir al ejército; le asigna al general Bacacorzo para mantener contacto, entregarle sus reportes y avances.
Pochita, esposa de Pantaleón, y doña Leonora, madre de Pantoja, están intrigadas por conocer la misión que le han encomendado, pero éste se mantiene firme y aclara que es una misión del servicio secreto.
Bacacorzo le recomienda a Pantaleón visitar casas de citas para aprender sobre el negocio y reclutar mujeres, entre los sitios se encuentran: Mao Mao y El Gato Tuerto. Asimismo, le recomienda buscar al Chino Porfirio, padrote de mujeres a domicilio, conocidas como las lavanderas de Iquitos. Pantaleón va por la noche a la casa de citas Fu manchú de Belén y conoce a Chuchupe, una mujer cuarentona que dirige el negocio junto con su pareja, Chupito, un enano que trabaja como sirviente y guardaespaldas de Chuchupe. Aquel día Pantoja no ve a muchas mujeres porque la mayoría habían ido a ver al Hermano Francisco, un curandero y predicador que realizaba sacrificios animales y se decía que hacía milagros. Aquella noche, conversa con Chuchupe acerca del negocio, se emborracha por la noche y regresa en muy mal estado a su casa, causando un fuerte malestar en Pochita.
Capítulo II
Pantaleón manda por escrito su primer reporte (SVGPFA: Servicio Visitadoras para Guarniciones, Puestos de Frontera y Afines) para arrancar con el Servicio de Visitadoras en agosto de 1956. El servicio en cuestión tendría como puesto de mando y centro logístico las orillas del río Itaya en la Comandancia de la V Región. Recluta a dos soldados homosexuales para que desempeñen adecuadamente este trabajo: Sinforoso Caiguas y Palomino Rioalto. La Comandancia de la V Región había sido ocupada por los seguidores del Hermano Francisco, así que se encontraron con animales crucificados que había que limpiar y habían convertido el lugar en una barca para viajar por el río.
El servicio de visitadoras cubriría un área aproximada de 400,000 km2, 45 campamentos de soldados y el servicio por visitadora no podría durar más de 2 horas y no menos de 10 minutos. Asimismo, Pantoja solicita realizar tests a los soldados y rescatar datos matemáticos para averiguar más acerca del servicio deseado. A dicho servicio, se unen Doña Leonora Curinchila, alias Chuchupe, Porfirio Wong, alias el Chino y Juan Rivera, alias Chupito; quienes ayudaron a reclutar las primeras cinco visitadoras.
Pantoja informa sobre las necesidades del servicio, el número de mujeres que son necesarias reclutar, la pequeña biblioteca con la que cuentan para iniciar las investigaciones, el tipo de uniforme que portarán las visitadoras (rojo por el ardor viril de los soldados y verde por la exuberante belleza natural del Amazonia) y por demás detalles.
Capítulo III
Pochita le manda una carta a su hermana Chichi en la cual se queja de su situación en Iquitos: no le gusta ser civil y vivir como tal, pues no tienen acceso a la Villa Militar, la cual tiene mejores casas e instalaciones para los miembros del ejército, pero afortunadamente conoció a su vecina Alicia, con quien pasa mucho tiempo. Su suegra no puede socializar con las esposas de los militares y en su lugar se ha vuelto fanática del Hermano Francisco y realiza sacrificios de animales; se está convirtiendo en beata. Cuenta también que un día pasó una lavandera por su casa, y como no sabía que las lavanderas de Iquitos eran en realidad prostitutas, la dejó pasar en su casa para que lavara su ropa, pero en su confusión la lavandera entró a seducir a Pantaleón, y entonces comprendió lo que ocurría y calificó a Iquitos de perverso. Asimismo, le platica a su hermana que Pantaleón anda muy inquieto, todo el tiempo quiere tener sexo con ella, cosa que anteriormente se presentaba cada 15 días, pero desde que llegaron a la selva, Panta desea un hijo y con dicho pretexto, tienen relaciones diario.
Por otro lado, desde que Pantaleón comenzó con el Servicio de Visitadoras, tiene pesadillas por las noches.
Capítulo IV
Al Servicio de Visitadoras se le otorgan dos medios de transporte: una avioneta para el agua llamada Dalila y un barco convoy apodado Eva.
Panta ingiere todo tipo de alimentos estimulantes para el libido para conocer los efectos y ofrecer una dieta libre de éstos a los soldados. Solicita prohibir el chuchuhuasi, el cocobolo, la clabohuasca, la huacapuruna y el viborachado.
El martes 13 de septiembre salió el primer barco con cuatro visitadoras para 20 soldados: Lolita, Iris, Pechuga y Sandra.
Pantoja reporta que la sesión piloto salió bien e informa sobre ciertos detalles: la mayoría de los soldados demandaban los servicios de Pechuga, pero dado que ella no puede atenderlos a todos, fueron sorteados los lugares; los soldados requirieron menor tiempo con las visitadoras que el estipulado; cada soldado tiene derecho a 8 prestaciones por mes. Se manejan a través de cupones verdes y rojos, los cuales valen 20 o 30 soles.
El sacerdote y capitán Godofredo Beltrán realiza una carta de inconformidad ante el Servicio de Visitadores, pero dado que es una orden superior, no tiene más remedio que aguantarse.
Capítulo V
Pantaleón solicita refuerzos a sus superiores porque la demanda es muy alta. A los soldados se les dan revistas pornográficas mientras esperan en la fila para acelerar el servicio.
A Scavino y Beltrán les molesta en gran manera el Servicio y el que éste sea muy solicitado
A Pantaleón le autorizan reclutar otras 10 visitadores para cubrir las necesidades. Panta ya escogió a una de antemano: Olguita la Brasileña, la más hermosa de todas y quien ha roto muchos corazones. Hasta ahora, Pantaleón había sido profesional en su misión, nunca intentó hacer uso del servicio y exigía de las visitadoras disciplina casi militar, como no hablar en las filas o de los contrario las amonestarían económicamente, pero cuando la Brasileña se presentó ante él, Pantaleón estaba nervioso y al verla desnuda para pasar la prueba de calidad, decide ofrecerle un mayor porcentaje.
Entre tanto, Pochita está impresionada por el niño crucificado por los Hermanos del Arca, quienes defienden dicho acto y es imposible hacer justicia porque todos los hermanos toman la responsabilidad del acto.
El famoso Sincho, locutor de radio de Iquitos e importante líder de opinión, aprovecha el Servicio de Visitadoras, conocido como Pantilandia, para chantajear a Pantoja, pero éste, molesto por su proposición, se niega a pagar un centavo por su silencio.
Los vecinos de Nauta envían una carta a Scavino solicitando el Servicio de Visitadoras, pues les parece injusto que ellas sólo vayan a los campamentos militares.
A Pantaleón le autorizan contratar 4 visitadoras más: una mulata, una oriental, una pelirroja y una morena.
Pochita, quien ha oído hablar de Pantilandia, le pregunta a su marido significado, Pantaleón dice desconocerlo.
Capítulo VI
Pantaleón envía instrucciones a los campamentos para adaptar y mejorar los emplazamientos con diversos artículos necesarios para el Servicio. Asimismo, solicita que los soldados que requieran del servicio sean examinados médicamente para evitar los piojos, ladillas, etc. El tiempo máximo por visitadora es de 20 minutos y los convoyes viajarán de día y avisarán su llegada el mismo día. El jefe de la unidad deberá enviar un reporte con detalles sobre el comportamiento de los soldados después de haber recibido el servicio. Los oficiales de altos mandos en la selva solicitan visitadoras de alta categoría.
Los reportes de Pantoja especifican que se ofrecen 540 prestaciones por visitadora al mes. Las mujeres en Pantilandia han inventado un himno para servir a la nación.
A un año del SVGPFA la hija de Pantaleón acaba de nacer y la llamaron Gladis.
El jefe de la guarnición de Borja le avisa a Panta por reporte que el Loco, aviador del Dalila, intentaba hacer negocio ilícito con las visitadoras, asimismo, le notifica que Maclovia, una de las visitadoras, se casó con un miembro del ejército, Teófilo, y escapó con él para evadir las represalias.
El Sincho ha venido haciendo declaraciones perjudiciales para el Servicio de Visitadoras, pero en esta ocasión chantajea a Pantaleón porque lo vio abrazado y encariñado con la Brasileña en la calle.
Maclovia, la visitadora que fue expulsada del servicio por haberse casado, le envía una carta a Pochita, pidiéndole que abogue por ella ante su marido, pues no tiene dinero y en el servicio se sentía segura y tenía trabajo, asimismo, le advierte a Pochita de la Brasileña, quien ha estado teniendo relaciones íntimas con su marido ya de un tiempo atrás.
El padre Beltrán renuncia a su cargo en el ejército porque le parece inmoral que el ejército fomente la prostitución.
Capítulo VII
En el programa de radio de Iquitos, el Sincho informa acerca de la crucifixión de un anciano por parte de los Hermanos del Arca, quienes al parecer no tienen límites y el Hermano Francisco no puede ser aprehendido por la policía. Asimismo, denuncia el Servicio de Visitadoras, el cual se ha extendido a 40 mujeres a un año y medio de labores.
Maclovia participa en el programa del Sincho y habla favorablemente de Pantilandia, se arrepiente públicamente de haber enviado la carta a la esposa de Pantaleón y de haber involucrado a Teófilo en los Hermanos del Arca, pues a él se le acusa de haber crucificado al anciano. El Sincho intenta entrevistar a Pochita en la calle, pero ella, humillada por su situación, no concede la entrevista y se marcha de Iquitos con su hija Gladis, mientras que Doña Leonor, se queda a cuidar a su hijito.
Capítulo VIII
Pantaleón ha adelgazado por lo menos 10 kilos y ha comenzado a fumar desde que Pochita lo abandonó. Pantoja sigue frecuentando a la Brasileña, a quien le echa la culpa de su desgracia cada vez que le dan arranques de celos por el servicio que ella realiza y no le permite tener más de 10 soldados por día. Le da el 15% de su sueldo y el 70% de sus ganancias.
Al Sincho lo sobornaron para que dejara de hablar de Pantilandia.
El ejército está preocupado porque las crucifixiones se siguen presentando en la selva y no saben cómo controlar a los fanáticos. Y entre tanto, los oficiales de mayor rango, solicitan visitadoras y Pantaleón desea expandir el negocio para cubrir las solicitudes, pero es ignorado por el Tigre Collazos.
El Servicio de Visitadoras es criticado por Scavino por ser el más eficiente en el ejército, pero es que Pantaleón, siempre ha sido un soldado entregado, organizado y fanático al deber y al servicio.
Capítulo IX
Olga Arellano, la Brasileña, fue asesinada y en Pantilandia le ofrecen un servicio especial, el cual se extiende hasta su entierro, pues Pantaleón, al igual que sus soldados colaboradores, se presentan vestido de oficiales, en compañía de las demás visitadoras para rendirle honores por su invaluable Servicio al Ejército y por haber muerto como mártir en el cumplimiento del deber. El crimen en la Quebrada del Cacique Cocama se había difundido como un acto de fanatismo por parte de los hermanos del Arca, pero las declaraciones de los inculpados, llevaban a la conclusión de que era parte de un boicot ideado por el alcalde Teófilo Marey (individuo muy conocido por sus instintos sensuales y su afición por las bebidas estrepitosas) por emboscar un convoy de visitadoras para disfrutar a la fuerza de sus encantos. La idea fue recibida con muestras de aprobación y entusiasmo por los otros inculpados y se reunían en casa del alcalde para planear el secuestro del barco.
El 2 de enero de 1959 los siete inculpados se ocultaron estratégicamente entre la abundante vegetación a la orilla del río en espera del barco Eva. Cuando éste apareció pidieron ayuda porque supuestamente uno de ellos había sido mordido por una víbora. Eva se detuvo para prestarles auxilio y el resto de los atacantes subieron al barco con revólveres y los obligaron a ir hasta la Quebrada, lugar cuyo escondite era muy propicio por su falta de visibilidad. El avispado timonel Isidoro, logró enviar un mensaje de SOS a la Base de Nauta. Los hombres a bordo de Eva fueron amarrados y encerrados mientras que las visitadoras eran violadas por los amigos del alcalde; la Brasileña, por ser la más hermosa, fue designada para el alcalde. Para su sorpresa, un barco del ejército divisó Eva y se suscitó un tiroteo, del cual salió fatalmente herida la Brasileña. Dada la fuerte balacera, el barco proveniente de la Base Nauta tuvo que regresar a pedir refuerzos y entre tanto, los perpetradores crucificaron a la Brasileña en un árbol para inculpar a los Hermanos del Arca y despistar a las autoridades.
Capítulo X
La señora Leonor no puede creer que su hijo haya cometido el disparate de rendirle honores a la Brasileña vestido de militar y con escolta. El general Scavino, molesto e intrigado por las últimas acciones de Pantoja, lo reprende y le sugiere darse de baja en el ejército, pero Pantoja, quien llora ante dicha proposición, argumenta que lo más importante en su vida es el ejército y que desea continuar en él.
En el centro logístico, Chuchupe, el Chino y Chupito le proponen a Pantoja dejar el Ejército para continuar con el Servicio de Visitadoras, el cual ha tenido gran éxito y es ordenado y perfecto gracias a él, pero Pantaleón se niega a dejar el ejército, pues argumenta que se moriría sin jefes.
Pantaleón y su madre se marchan de Iquitos y las visitadoras lo despiden en el aeropuerto.
En Lima, Pantoja tiene que comparecer ante sus jefes. El Tigre Collazos tampoco puede entender porqué Pantaleón provocó el escándalo, y de la misma forma que Scavino, le sugiere que abandone el ejército, pero dado que Pantoja desea continuar en éste, lo envían al lago Titicaca, bajo los fríos de la Puna.
Pochita regresa con Pantaleón y junto con Gladis se van a cumplir el deber de soldado a las frías montañas de la Puna.
Personajes
Pantaleón Pantoja: Personaje principal. Oficial del ejército eficiente, disciplinado, serio, entregado al ejército, ordenado y buen administrador. Sufre mucho cuando le piden darse de baja del ejército, pues está acostumbrado a tener jefes y el ejército es lo que más ama. Cada vez que se presentaban distintas misiones en su trabajo, las tomaba tan enserio y su obsesión por el trabajo era tal que hacía con gran eficiencia lo que le pedían.
Pochita: Personaje secundario. Esposa de Pantaleón. Inocente e ilusa, “niña bien” que nunca se hubiera imaginado que su esposo, tan seriecito, la hubiera engañado.
Brasileña: Personaje secundario. Olga Arellano es su nombre original, conocida como la Brasileña por haber vivido gran parte de su vida en Manaos. Mujer hermosa y voluptuosa que seduce a Pantaleón y se convierte en su amante.
Doña Leonor: Personaje secundario. Madre de Pantaleón que se convierte en fanática de los Hermanos del Arca y ama y cuida a su hijo con gran devoción.
Scavino y el padre Beltrán: Personajes secundarios. Oficiales del ejército que desaprueban el Servicio de Visitadoras desde su inicio.
Chuchupe, Chupito y Chino: Personajes secundarios. Pintorescos personajes ayudantes de Pantaleón, expertos en el negocio de la prostitución.